Ahora que nuevamente se está poniendo en duda la verdadera paternidad de su hijo, Ana María Aldón revive uno de los peores momentos de su vida. Y es que ya en su día fue muy cuestionada por el entorno de su marido, Ortega Cano, y por los medios.
La colaboradora de Viva la vida jamás había tenido contacto con la prensa, y se topaba de bruces con una triste realidad a la que no sabía cómo hacer frente.
"Yo no quería vivir. Lo que podía ser lo más bonito del mundo para una mujer para mí se estaba convirtiendo en una pesadilla", le ha confesado a Emma García entre lágrimas.
"A mí me daba miedo la prensa. Yo he escuchado tantas barbaridades que he pensado: ¡Vaya mundo de locos! No hay sentimientos, no hay humanidad, no hay corazón", ha lamentado.
"Yo estaba embarazada y me veía con miedo. Yo no pensaba tener más hijos. Eso me lo hizo pasar muy mal", reconoce.
Parece que la guerra que sostiene actualmente con su cuñada Conchi le ha pasado una gran factura a Ana María, quien ya no tolera que nadie ponga en duda sus intenciones.
De hecho, incluso hubo un momento en el que pensó en tirar la toalla y acabar con todo. "Ese momento de la silla de ruedas, que no he mirado, ese día ocurrió algo que podría haber evitado que yo estuviese aquí ahora mismo".
"Ese día yo no quería vivir más. El día del Ramón y Cajal yo sé de dónde viene la información, tontos no somos. No quiero hacerle daño a mi marido", ha sentenciado dejando muy claro que sospecha de los hermanos de Ortega Cano.
Ana María pone fin a la polémica con los hermanos de Ortega Cano
Ya hace unas semanas que Aldón aseguraba no entender de donde viene tanto desprecio por parte de su cuñada.
"Yo no tengo ningún problema con los hermanos de Ortega Cano. Yo no hablo con Conchi porque volví de Supervivientes y a mí no me llamó. A día de hoy sigue sin llamarme".
Y, zanjaba la polémica alegando que "en ningún momento he dicho absolutamente nada de la familia de mi marido. Lo que digo es bueno, no tengo nada malo que decir de ellos".
Por su parte, el torero jamás ha dudado de ella en ningún momento. "A mí nunca me pidió una prueba de paternidad. Todo esto fue muy fuerte. Era todos los días y yo no hablaba ni decía nada".
Lamentablemente, cuando tuvo a su hijo las cosas no mejoraron. "Tenía que haber sido un periodo muy bonito, pero pasaron muchas cosas. El bebé nació unas semanas antes porque yo no estaba bien, estuve en el cardiólogo", ha contado.
"Tuve depresión postparto, mi familia lejos… Y encima tienes que escuchar que tú eres la aprovechada".
De esa forma, deja muy claro que está bastante acostumbrada a las críticas, pero eso no quita que le duelan las cosas. "Yo me enervo. Estoy intentando en los últimos días resurgir, pero estoy escuchando tantas barbaridades que no puedo. Todo me molesta".
"Me molesta la cantidad de mentiras, no que se dude, hablando de personas que no son públicas. Eso hace un montón de año", ha recalcado. Y también ha aprovechado para arremeter contra aquellos que la atacan.
"Yo esto lo tenía casi superado. Hablaban así cuando yo estaba embarazada, todos los días. Yo no podía ver la televisión. Nadie me ha pedido disculpas".
El embarazo fue muy duro para Ana María "por todo lo que rodeaba, la situación en casa, el tema de mi marido, los comentarios…". Eso, sumado a que la pilló completamente desprevenida. "Era mayorcita, estoy muy contenta con mi hijo, pero aquellos momentos fueron muy duros. Fui al médico por un dolor de riñones".
"Cuando llegué al hospital yo quería que me mandaran un antibiótico. A mi marido se lo dijo el doctor porque no podía articular palabra. Él gritó de alegría", ha desvelado.