Rocío Carrasco sonriente en la inauguración del Museo de Rocío Jurado con una rosa en la mano

Las 2 personas que fueron a buscar a Rocío Flores el día que pegó la paliza a su madre

Rocío Carrasco ha narrado este duro episodio en el plató de Telecinco

En su entrevista en directo para Telecinco, Rocío Carrasco ha abordado uno de los episodios más estremecedores de su vida: la brutal paliza que sufrió a manos de su hija en el año 2012.

Se trata de un relato que ya era conocido en la prensa del corazón pese a los intentos de la hija de Rocío Jurado por evitar que el asunto trascendiese a los medios y salpicase públicamente a Rocío Flores. 

Tal y como se reveló en la noche de ayer, fue la propia progenitora la que se puso en contacto con la cúpula de Mediaset para evitar que los detalles de la sentencia condenatoria salieran a la luz y pedir protección para su hija.

El relato de Rocío Carrasco sobre la brutal paliza sufrida a manos de Rocío Flores

Aunque durante muchos años Rocío Carrasco ha intentado esconder mediáticamente este brutal episodio para no exponer a su hija, se ha visto en la obligación de tratar este tema para contextualizar sobre la enorme manipulación que Antonio David ha ejercido sobre sus hijos.

Y es que en todo momento, Rocío Carrasco ha querido exculpar a su hija de esa agresión y ha intentado poner el foco de atención sobre el padre.

«La culpa la tiene otra persona, que es el responsable de que ella actuara de esa forma. Rocío llega a ser verdugo porque antes ha sido víctima y ha sido víctima incluso más vulnerable que yo», ha señalado la madrileña antes de asegurar que aquella paliza fue la «obra maestra» del ex guardia civil.

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Crónica de una agresión anunciada de una joven quinceañera a su madre

El relato en sí mismo y la cronología de acontecimientos que ocurrieron aquel 12 de julio del 2012 ponen de manifiesto la crónica de una agresión anunciada que fue fruto de la manipulación que una adolescente de quince años sufrió a manos de su padre.

Aunque muchos de los hechos relatados por Rocío Carrasco pueden ser cuestionados al carecer de pruebas, concretamente en este episodio hablamos de un asunto que ha sido resuelto en los tribunales y cuyas evidencias son más que contundentes.

El origen del conflicto tuvo lugar tras una inocente discusión por una nectarina que acabó con Rocío Carrasco tendida en el suelo y con múltiples contusiones causadas por los «golpes y patadas», según resolvería la jueza, que le profirió su hija Rocío Flores.

Según ha relatado la propia agredida en el programa de ayer, su hija se detuvo y se marchó corriendo del lugar de los hechos en cuanto se percató de que había perdido el conocimiento por los golpes recibidos.

En ese momento, se dirigió al coche que tenía puesto por su madre para ir a clase, siendo el chófer el encargado de llevarla al colegio a pesar de que la joven pidió ir a la Guardia Civil tras hablar con su padre por teléfono.

Tal y como ha revelado el propio conductor en el juicio, él fue testigo de cómo Rocío Flores se puso en contacto con su padre y pronunció unas palabras que ponen la piel de gallina: «Ya está hecho».

Los amigos de Antonio David que recogen a Rocío Flores tras la paliza a su madre

Al llegar al centro escolar, la joven pidió al claustro de profesores que le permitieran acudir al hospital y a la Guardia Civil, poniendo de manifiesto la intención que ya tenía la adolescente (motivada por su padre) de emprender acciones legales contra su madre, pese a ser ella la agresora.

Sin embargo, el centro escolar se negó al no observar ningún rastro de lesión en la menor y, posteriormente, se tuvo que enfrentar a dos amigos de Antonio David que se personaron en el colegio Santa Helena de La Moraleja para buscar a Rocío Flores.

«Como ni el conductor del vehículo que la llevó al colegio ni por parte del propio colegio llevaron a la niña al hospital, se puso en contacto con una pareja amiga», recoge la sentencia según la declaración realizada por Antonio David Flores en sede judicial.

Dichas personas que acudieron a la llamada del ex guardia civil permanecen bajo el anonimato, pero sus iniciales A.M.P. y P.M.T., al igual que sus testimonios, fueron recogidos en la sentencia.

En su declaración en sede judicial, los amigos de Antonio David manifestaron que la niña «olía a fruta, concretamente a nectarina, y tenía señales de dicha fruta por el pelo y todo el cuerpo». También señalaron que la joven «les comentó, entre sollozos, que su madre le había pegado» y uno de ellos hizo hincapié en que Rocío Flores tenía «arañazos» en las piernas.

No obstante, tanto el chófer como los profesores del centro escolar desmintieron este relato en sede judicial, asegurando que no había ningún resto de fruta ni lesión en la niña.

«Ellos no presenciaron ninguno de los indicios hoy enjuiciados, siendo cuando menos chocante que después de haber transcurrido varias horas[…]pudieran detectar olor a fruta, y más concretamente a nectarina, así como signos de dicha fruta en el pelo, cara y ropa de la menor, cuando la propia Rocío Flores ha declarado en varias ocasiones que antes de salir del domicilio materno se lavó la cara», reza la sentencia desacreditando el testimonio de los amigos de Antonio David.

El resto del cuento, ya es historia. Finalmente la joven acabaría denunciando a su madre mientras la Fiscalía de menores actuaba de oficio y el tribunal dictaba sentencia en contra de Rocío Flores por la agresión a su madre.