Isidre y Dolors Orrit desaparecidos hace 32 años

Treinta años sin saber nada de los hermanos Orris, desaparecidos en un hospital de España

La abogada de la familia: «hay mucha información que falta por confirmar»

«Pensamos que están vivos porque si no tendríamos que dejar de buscarlos, y no los vamos a dejar de buscar». Esas son las palabras de la hermana de los ‘pequeños’. Palabras realmente duras y momentos muy complicados a los que no ha dejado de enfrentarse la familia de Isidro Orrit Pires, el pequeño de cinco años, y su hermana Dolores, de 17, cuando desaparecieron sin dejar rastro en el hospital San Juan de Dios de Manresa, en Barcelona.

Ni más ni menos que 32 años se cumplen ya de una de las desapariciones más inquietantes de la historia en España. Todo ocurrió en septiembre de 1988. «Tenemos el objetivo de aclarar información contenida en varios informes aportados por un detective privado que estuvo colaborando durante 30 años con la familia», ha comentado.

En estos momentos, los desaparecidos de la historia tendrían 47 y 35 años, y la investigación podría reactivarse en los próximos días en los juzgados gracias a la aportación y al trabajo de la abogada de la familia, Iziar Iriondo. La misma, en ‘Expediente Marlasca’, ha explicado que «hay mucha información que falta por confirmar».

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¿Qué sucedió realmente aquel día?

Ese 4 de septiembre, el pequeño de los hermanos se encontraba ingresado en el hospital de Manresa, mientras que la mayor cuidaba de él, ya que la madre tenía que irse a trabajar. De haber marchado todo bien, los dos pequeños tenían que haber dormido juntos en el hospital, pero para la sorpresa de todos, a las 7 de la mañana la habitación ya estaba vacía. En el lugar, solamente se encontraba la ropa de Isidro y las gafas de Dolores. Tras investigaciones para obtener pistas, nadie vio ni escuchó nada.

Por su parte, la madre denunció la desaparición de sus hijos en comisaría 24 horas después. En esos momentos y al tratarse de dos menores de edad, se rastrearon los alrededores del hospital, barrancos, bosques cercanos e incluso los propios agentes llegaron a barajar la idea de que los pequeños se hubieran suicidado por problemas familiares. En dichas búsquedas se utilizaron perros guía para seguir su rastro, pero estas localizaciones terminaban en las cercanías a las puertas de las Urgencias del hospital.

Años después, en 1994, surgieron nuevas dudas, una nueva pista apuntaba a la familia por parte del progenitor, la familia paterna. Pues una camarera del hospital aseguró seis años después haber escuchado una conversación producida entre cuatro personas en la que un varón le explicaba al resto de oyentes que los niños no estaban bien atendidos, que el padre había fallecido recientemente, y que deberían llevárselos para darles una vida con mejores posibilidades de futuro.

En cualquier caso, todo quedó en el aire y todavía hoy son muchos los familiares de los desaparecidos del país los que no dejan de hacerse este tipo de preguntas acerca de quién se los llevó, si se marcharon solos, o cómo pudieron desaparecer del hospital sin dejar rastro alguno.

Una búsqueda muy dolorosa para la familia y que se activó a nivel internacional, llegando a rastrear colegios portugueses, de donde es la familia del padre.

Hace apenas unos años, en 2016, se recibió la llamada de un hombre que aseguró haberles visto en Oporto.

Pasan el tiempo y la familia de los dos niños desaparecidos en aquel hospital, no cesa la búsqueda. Tanto es así que, María Orrit, la madre, desesperada, escribió al defensor del pueblo contando su historia y pidiendo toda ayuda y colaboración necesaria para encontrarles. 32 años después, otra de sus hijas, Carmen, continúa el mismo camino que su madre, buscando a sus dos hermanos.

«Es una desaparición extraña y misteriosa, pero que la que no encaja es la posibilidad de que fuese una fuga y se hubiesen escapado de hospital por sí mismos», señala la abogada.