Anna y olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife junto a su padre, Tomás Gimeno

Tomás habría drogado a sus hijas antes de acabar con su vida sin dejar rastro

El exmarido de Beatriz podría haber usado los medicamentos para sus lesiones para intoxicar a las niñas

Tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia, la mayor de las niñas desaparecidas en Tenerife, la Guardia Civil sigue trabajando en el caso. Ahora los expertos tratan de averiguar qué fue lo que sucedió y cuál fue la forma en la que Tomás mató a las menores. 

Los especialistas han confirmado que el padre de las pequeñas primero las asesinó y luego las lastró al mar. Sin embargo, todavía están tratando de averiguar cómo se produjo el crimen. Todo parece apuntar a que lo hizo sin dejar ningún rastro de sangre.

Fue el pasado 27 de abril cuando el exmarido de Beatriz Zimmerman desapareció junto a Anna y a Olivia. 

La Guardia Civil lleva trabajando en el caso desde entonces, pero no habían conseguido encontrar ninguna pista relevante hasta hace unos días.

El buque Ángeles Alvariño halló el pasado lunes, 7 de junio, una botella de oxígeno y una sábana nórdica. Dos objetos que han sido claves para dar con el cadáver de la mayor de las niñas. 

Tomás habría drogado a las niñas antes de matarlas

Los expertos siguen trabajando en la búsqueda de los restos mortales de Tomás y de su hija pequeña. Y mientras tanto tratan de descubrir qué fue lo que el padre de las menores hizo con ellas para matarlas. 

Los investigadores han examinado en varias ocasiones todos los lugares en los que estuvo el hombre antes de desaparecer. No han encontrado ningún rastro de sangre ni en la lancha, ni el coche ni en la casa de Tenerife.

Según han avanzado desde 'El Periódico', varios blísteres de medicamentos es lo único que lograron hallar en el domicilio de Candelaria. 

Un hecho que les ha llevado a creer que el progenitor habría drogado a sus hijas antes de terminar con sus vidas.

La Guardia Civil cree que el exmarido de Beatriz les habría hecho ingerir pastillas a las pequeñas hasta dejarlas inconscientes y después las habría matado.

Posteriormente las habría metido en dos grandes bolsas tipo petate y las habría trasladado en su coche hasta el puerto. Allí las cargó en su lancha y luego las arrojó en el mar. 

Podría haber usado los medicamentos para sus lesiones para intoxicarlas

Tomás Gimeno tendría que haber llevado a sus hijas de vuelta con su madre a las 17 horas de la tarde el pasado 27 de abril. Pero no lo hizo.

Las niñas estuvieron en casa de sus abuelos paternos y llegaron al domicilio de su padre sobre las 20:00 horas.

El progenitor de Anna y Olivia llegó solo en su coche al puerto Marina a las 21:30 y cargó seis bultos en su lancha. Dos de ellos eran las bolsas tipo petate de gran tamaño.

Todos estos movimientos quedaron registrados por las cámaras de seguridad del lugar. Ninguna de las menores aparece en la grabación y el vigilante tampoco las vio. 

Tras 45 días de exhaustiva búsqueda, la Guardia Civil finalmente ha logrado dar con el cuerpo de las niñas.

El cadáver ha sido localizado en el mar dentro de uno de los petates a unos mil metros de profundidad. 

Justo al lado, los expertos han encontrado otra bolsa de deporte abierta y vacía. Ambos macutos habían sido atados al ancla de la lancha de Tomás.

Los restos mortales de la menor de 6 años han sido trasladados al Instituto Anatómico Forense.

Allí se le ha realizado un examen de ADN que ha confirmado que se trata de la mayor de las hermanas. Y se le practicará la autopista que determinará si efectivamente fue drogada o no. 

El progenitor de las pequeñas había tenido un accidente de motocross unas semanas antes de secuestrar a sus hijas. Se fracturó la clavícula y varias costillas. Dos lesiones que le permitían tener acceso a los medicamentos que pudo usar ara intoxicar a las menores.