Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, con el pelo más oscuro

Beatriz, la madre de las niñas desaparecidas, ya sabe qué era el objeto encontrado

El sonar de barrido lateral que ayuda en la búsqueda le ha dado un buen susto al entorno de Anna y Olivia

Son ya cuatro las jornadas consecutivas de búsqueda  intensiva con un sonar de las niñas desaparecidas en Tenerife junto a su padre. Han pasado cinco semanas y todavía nada se sabe sobre el paradero de Anna, Olivia y Tomás Gimeno. Las expectativas creadas antes de la llegada del buque eran enormes, pero por el momento no se ha encontrado nada relevante para la investigación.

El buque que ha puesto a disposición del caso el Instituto Español de Oceanografía, el Ángeles Alvariño, lleva incorporado este robot submarino. Con él, las autoridades tratan de encontrar alguna pista que ayude a la investigación sobre el paradero de las hijas de Beatriz Zimmerman.

La previsión inicial es que las labores de búsqueda en el fondo marino duren entre ocho y nueve días de manera ininterrumpida las 24 horas. Por el momento, nada relevante se ha encontrado en un fondo marino lleno de terreno rocoso y precipicios, según ‘EFE’.

No obstante, ha habido algo que ha hecho saltar todas las alarmas. El robot submarino ha detectado un objeto extraño durante sus labores. Este hallazgo, que a priori podría tratarse de rocas o basura acumulada en el lecho marino, se explorará de forma más detallada con el robot submarino, según han revelado a 'Europa Press' fuentes de la investigación.

Una búsqueda intensiva para dar con el paradero de Anna y Olivia

El buque del Instituto Español de Oceanografía está rastreando desde el pasado domingo un área de alrededor de diez millas cuadradas frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife.

Esta zona, delimitada por la Guardia Civil y personal de la embarcación, está cercada por el geoposicionamiento del móvil del padre de las niñas. Tomás Gimeno se hizo a la mar hasta en dos ocasiones antes de que se le perdiese por completo el rastro en esta área.

El progenitor de Anna y Olivia embarcó solo después de cargar maletas y bolsos desde su coche. Para ello tuvo que hacer tres viajes.

De regreso de su primera incursión en el mar fue interceptado por la Guardia Civil, que le amenazó con sancionarle por saltarse el toque de queda.

Las autoridades no encontraron nada sospechoso en la lancha de la expareja de Beatriz, ya que a esas horas la madre no había denunciado la desaparición de sus hijas aún.

Pasada la medianoche, Gimeno volvió al mar y unas horas más tarde su embarcación de recreo fue localizada a la deriva, vacía y sin ancla frente al Puerto de Güimar.

La tecnología fundamental para hallar a las pequeñas

A bordo del Ángeles Alvariño están siempre dos agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, encargados de la investigación. Estos se van turnando cada ciertas horas porque las autoridades trabajan las 24 horas del día sin descanso para encontrar pruebas que les ayuden a resolver cuanto antes este asunto.

Este buque oceanográfico realiza una prospección con sonda multihaz con el que, a una velocidad reducida, va realizando varias pasadas sobre un mismo punto. Gracias a ello, se gana en resolución.

La sonda multihaz permite hacer una cartografía con una batimetría precisa que hará más fácil el posterior trabajo del robot submarino, según la información facilitada por la Guardia Civil.

En esta labor de prospección con sonar se establecen calles paralelas que se solapan para cubrir toda la superficie marina en la que se debe buscar.

Durante este reconocimiento se van creando marcas en las irregularidades del fondo que demanden una inspección visual más tarde.

Llegado el caso, esta inspección pasará a manos del robot no tripulado Liropus 2000. Este tiene capacidad para operar y realizar recogida de muestras más allá de los 2.000 metros de profundidad, aunque si es debidamente adaptado puede trabajar hasta los 3.000 metros.

Este robot cuenta con un potente sistema de iluminación de 17.000 lúmens de potencia, 17 veces más que una bombilla de 100 vatios, y cámaras de alta precisión, una de ellas de alta definición y otra de muy baja luminosidad.

Además, para la toma de muestras cuenta con dos brazos manipuladores hidráulicos de precisión que almacenan elementos sólidos y un sistema de succión para la recogida de muestras líquidas y gaseosas.