Fotograma de las imágenes donde Tomás Gimeno entrevista a otra joven

Desaparición de Anna y Olivia: la policía trabaja ya con la idea de un fatal desenlace

La policía busca rastros biológicos en la casa de Tomás Gimeno porque creen que las mató y las hundió en el mar

Las esperanzas de encontrar a Anna y Olivia con vida se agotan. Las últimas pistas llevan a los investigadores a centrarse en una hipótesis: Tomás Gimeno acabó con sus hijas en su casa, y las hundió en el mar. No es una teoría confirmada, pero durante las últimas horas, todos los esfuerzos se están centrando en ese escenario.

Hace 22 días que Tomás Gimeno desapareció con sus hijas de 1 y 6 años en Tenerife. Los agentes han seguido varias líneas de investigación, desde una posible huida a África o Sudamérica, hasta la hipótesis de que estuvieran en el fondo del mar o que ni siquiera hubieran llegado a salir de la isla. Pero cada vez cobra más fuerza la hipótesis de un posible asesinato y desaparición de los cadáveres.

Con la intención de descartar esa opción, la policía estuvo registrando ayer la vivienda de Tomás Gimeno. En la búsqueda intervinieron perros especializados en rastreo de restos biológicos, pero la cosa se está complicando por la extensión y el desorden de la casa. Ayer no se encontró nada relevante, y la tarea se reanudará hoy.

La clave en esta nueva fase de la investigación está siendo la participación de Junco y Bill, dos perros adiestrados en percibir el olor de un cadáver. No lo tienen fácil, porque en el caso de que las hubiera matado, habrían estado allí muy poco tiempo y, además, todo está sucio y desordenado. Tampoco creen que los cuerpos estén enterrados ahí, pero están revisando el terreno removido por si acaso.

La principal teoría es que el padre secuestrador transportó el cuerpo de las niñas en las bolsas de basura y petates que captaron las cámaras del puerto. Junco y Bill husmearán también el maletero del coche de Tomás y la lancha en la que, según esta teoría, las arrojó al mar lastradas con el ancla y piedras.

El juez autoriza la búsqueda en el fondo del mar

Una de las pistas que ha llevado a reforzar esta teoría es el testigo de una persona que ha ofrecido un dato revelador. La fuerza de su testimonio ha sido suficiente como para que el juez autorice la búsqueda de Anna y Olivia en el fondo del mar. Además, el rastreo del teléfono de Tomás revela que no había nadie cerca y descarta la hipótesis de que un barco les ayudara a escapar, como se creía al principio.

A partir de ahí, el instituto Español de Oceanografía ha proporcionado a la Guardia Civil un sonar y un robo marino para contribuir a las tareas de búsqueda. Así lo ha confirmado la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, que está en contacto directo con el instituto oceanográfico para poder contar con sus recursos. «Será en breve», ha dicho, tan pronto como lo autorice el Juzgado de Instrucción número 3 de Güímar.

La directora general se ha reunido con el equipo de investigación y los medios operativos que trabajan sin descanso para resolver el caso. No ha podido desvelar información concreta, porque se encuentra bajo secreto de sumario, pero sí ha recalcado que la Guardia Civil «no cesa ni un solo día, ni un solo instante, en los esfuerzos, y pone todos sus medios personales y materiales para resolver esta desaparición cuanto antes».

Perros adiestrados para encontrar cadáveres

Junco y Bill son un perro de aguas y un pastor belga expertos en encontrar cadáveres. A pesar de llevar poco tiempo en la policía, ya estuvieron presentes en la búsqueda de Marta Calvo, la mujer descuartizada en Valencia. Ahora se encuentran en la parecela de Tomás Gimeno, el padre secuestrador de Tenerife. En este caso, se encuentran con la dificultad del terreno (2.000 metros cuadrados) y el desorden.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que las niñas fueron asesinadas entre las 8 y las 9 de la tarde del 27 de abril, el día que desaparecieron. A esa hora llegó Beatriz, la madre de las niñas, a casa de Tomás, pero ya no estaba. Fue entonces cuando le llamó y este, para ganar tiempo, le dijo que estaba cenando con las niñas fuera de casa. En realidad iba camino del puerto, y los investigadores creen que llevaba los cadáveres de las niñas envueltos en bolsas de basura dentro de los petates.  

Si en realidad Tomás mató a sus hijas y las hundió en el mar, los expertos creen que tuvo que poner más peso que una simple anca. Probablemente se ayudó de piedras o plomos, y pudo atar todos los bultos al anclar para llevar los cuerpos hasta el fondo. Así, no necesitaba el ancla para llegar otra vez a puerto y volver a salir, y tampoco en el caso de que se quitara la vida.