La policía reúne evidencias en el portal del piso donde se cometió el crimen

Ensangrentado y con pistolas. Así se entregó el parricida de Murcia a la policía

El autor del crimen vive en la misma calle que sus padres, a escasa distancia

La policía reúne evidencias en el portal del piso donde se cometió el crimen
El hombre, ensangrentado y con pistolas de fogueo, acabó por entregarse a la policía | España Diario

El hombre que este martes se entregaba a la Guardia Civil de Liétor y Hellín (Albacete) y les revelaba que acababa de apuñalar a su padre en Murcia tenía dos pistolas de fogueo y un cuchillo y numerosas manchas de sangre en la ropa, en las zapatillas deportivas y en su cuerpo.

El crimen que ha acabado con la vida del médico de 68 años en la entrada del edificio de Murcia capital donde residía ha sido descubierto por su esposa, que extrañada de que no regresara de pasear al perro, como hacía todos los días a primera hora de la mañana, ha salido en su búsqueda.

Al llegar a la entrada del edificio se ha encontrado con el cuerpo de su marido, tendido en el suelo y lleno sangre, según ha sabido Efe de fuentes cercanas a la investigación del caso.

Junto al cuerpo ya sin vida, los agentes de la Policía Nacional han comprobado en el escenario del crimen que se trataba de una muerte violenta, por lo que los agentes han informado al fiscal y al juzgado de instrucción de guardia, tras lo que el cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Murcia para la autopsia.

Hacia la misma hora en la que ha sido hallado el cuerpo sin vida de este médico se ha producido la detención de su hijo como presunto autor del crimen en Liétor, en la carretera que conduce al pantano del Talave.

Las manchas de sangre, consecuencia del forcejeo

Los agentes de la Guardia Civil han recibido una llamada que alertaba de la presencia de un hombre en actitud sospechosa y al presentarse allí se han encontrado con quien les comunicó que escasas horas antes había apuñalado a su padre, pero que ignoraba cuál sería su estado.

Ante esa confesión, han detenido al hombre de 34 años, que vive en la misma calle que sus padres, a escasa distancia, y que al ver llegar a los agentes ha arrojado al arcén de la carretera en la que había aparcado su coche una bolsa con sus efectos personales, un cuchillo y dos pistolas de fogueo.

Al preguntarle los guardias civiles sobre sus numerosas manchas de sangre les ha confesado que eran consecuencia del forcejeo mantenido con su padre, durante el cual le dio varias puñaladas, y en el que él mismo había resultado herido.

En la bolsa se encontraba también una nota manuscrita cuyo contenido no ha trascendido.