Una niña de tan solo 9 años ha muerto en Arizona (Estados Unidos) por una grave infección de piojos. La policía detuvo a su madre, acusada del asesinato de la menor, y a la abuela, acusada de abuso infantil. Encontraron a la niña con gran cantidad de insectos en la cara y una anemia galopante.
La gran cantidad de piojos que había acumulado la menor por el descuido de su madre le había acarreado graves problemas de salud. Ahora la progenitora se encuentra en prisión provisional, bajo fianza de 40.000 dólares. También han presentado cargos contra la abuela por el abandono.
Cuando los servicios médicos atendieron a la menor en su domicilio observaron evidentes signos de malos cuidados. Sin embargo, en un principio presentaron cargos no relacionados con la muerte de la niña. Fueron los resultados de la autopsia los que mostraron una realidad mucho más cruda.
La madre llamó a emergencias
El 22 de marzo, Sandra Kraykovich (38 años) llamó a emergencias porque su hija estaba inconsciente. Los socorristas del Departamento de Bomberos acudieron al domicilio familiar, en Lakeside Casitas. Al llegar y observar la situación, no dudaron en pedir la presencia de la policía.
La pequeña no presentaba signos vitales, y además se hallaba en un entorno degradado con evidentes signos de abandono. Los agentes de policía confirmaron su preocupación sobre las condiciones de vida y bienestar de la niña. A pesar de los esfuerzos, la niña acabó muriendo.
El informe policial recoge que Kelcye Kraykovich (9 años) presentaba “una enorme cantidad de piojos en el cabello”. Tras practicar algunas diligencias detuvieron a Sandra y a su madre Ella Elizabeth (64 años). Madre y abuela fueron acusadas inicialmente por cargos ajenos a la muerte de la niña.
Acusadas de asesinato y abuso
El 19 de mayo llegaron los resultados preliminares de la autopsia de la niña, confirmando que murió por infestación de piojos. Los bichos habían desencadenado una anemia crónica a la niña de nueve años. Según el forense del condado, también tenía una desnutrición que condujo a su muerte.
La autopsia revelaba evidencias médicas de la enfermedad del hígado graso, típica de los casos de mala nutrición. La menor presentaba asimismo problemas cardíacos, fruto de todas estas anomalías. En conjunto, los resultados de la autopsia revelaban una evidente falta de cuidado.
Con estos datos en la mano, las autoridades decidieron procesar a la madre y a la abuela por la muerte de la niña. La madre compareció el 6 de junio ante el tribunal, y el juez le atribuyó un presunto delito de asesinato. Decretó la prisión provisional para ella, bajo una fianza de 40.000 dólares.
Por su lado, la abuela de la menor fue puesta en libertad provisional, aunque también se enfrenta a cargos por abuso infantil. La justicia considera que no cumplieron con su responsabilidad de cuidar a la menor, y tuvo consecuencias muy graves. De ahí se derivan los delitos de asesinato y abuso.
Una gran cantidad de insectos
De cara al juicio será determinante el testimonio de los médicos que acudieron a socorrer a la víctima. Cuando llegaron al domicilio familiar encontraron a una niña tendida en el suelo y que no reaccionaba a ningún estímulo. Lo más impactante fue que tenía una gran cantidad de insectos en la cara.
Los facultativos comprobaron después que un número desproporcionado de parásitos procedía de su cabello. Los bichos habían provocado tales daños en el organismo de la menor que no pudieron hacer nada para salvar su vida. La autopsia también será determinante para emitir un veredicto.
El precedente del caso de esta niña es la muerte de Kaitlyn Yozviak, de 12 años, en el estado de Georgia. La menor murió de un paro cardíaco desencadenado por la anemia severa que le provocaron los piojos. Ocurrió el 26 de agosto de 2020, y los padres fueron acusados de homicidio y crueldad infantil.
Los tutores legales de un menor, en este caso los padres, tienen la obligación de velar por el buen cuidado de sus hijos. Cualquier negligencia que pueda desencadenar la muerte o daños graves, es susceptible de convertirse en delito. La justicia entiende en este caso que la madre es la causante de la muerte.