Maia Beloso, la niña de 7 años desaparecida en Argentina

Maia, la niña de 7 desaparecida que tiene a un país en vilo: 'Dejáme a la niña'

Un hombre que se había ganado la confianza de la familia se llevó a la pequeña prometiendo comprarle una bici

Las últimas imágenes de Maia con vida, captadas por una cámara de seguridad, muestran a la pequeña de siete años montada en una bicicleta. Quien conduce es un conocido de su madre, y lo último que le dijo fue: «Déjame a la nena, que le daré una bici nueva». Ahora, la policía la busca a contrarreloj ante el temor de que le haya hecho daño.  

Los hechos sucedieron este lunes en Buenos Aires, capital de Argentina. El país sigue en vilo las tareas de búsqueda de la policía, que ha activado un protocolo especial al tratarse de una menor en riesgo. Los vecinos se han sumado a las tareas de búsqueda, pero se temen lo peor: «Se la ha llevado para violarla, tirarla o venderla».

Maia Yael Beloso nació en un entorno complicado. Cómo centenares de niños de la ciudad, vive y duerme en la calle. En las fotografías facilitadas por la familia para encontrarla se ve a una niña delgada de tez trigueña, con cabello negro y lacio hasta la cintura. El secuestro ha conmocionado a la opinión pública argentina.

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La policía es consciente de que cuanto más tiempo pasa menos posibilidades quedan de encontrarla con vida. «Nuestra prioridad absoluta es encontrar a Maia», dijeron las autoridades del país. Pero la única pista que tienen por ahora son las últimas imágenes en las que se ve a la niña con el sospechoso, un hombre visto de negro y con gorra.

En las imágenes se ve a ambos llegando a una estación donde Maia le sigue por el arcén hasta que se suben a un tren. Gracias a las cámaras de seguridad han podido reconstruir el recorrido de la niña y el hombre subiendo al tren y bajándose en la estación de Castelar, provincia de Buenos Aires. Luego habrían seguido hacia el oeste de la provincia.

Operación Sofía

Mil agentes de policía, con perros rastreadores, dos helicópteros y drones, además de personal especializado, rastrean la zona de la periferia de la ciudad. Se trata de un gran despliegue que han bautizado como Operación Sofía, en honor a la niña de tres años que hace 12 años desapareció en circunstancias parecidas. 

A Sofía nunca pudieron encontrarla, y su recuerdo está presente en la memoria colectiva del país que ahora teme que le pase lo mismo a Amaia. A través de las redes difunden imágenes e información de la niña para que lleguen a cada rincón. «Todas las brigadas tienen como prioridad devolver a Maia con su madre», dijo el gobernador de la ciudad, Diego Santilli.

Fue el propio Santilli quien desveló que el sospechoso tenía un vínculo de amistad con la madre de Maia. Al parecer, el hombre se fue ganando la confianza de la mujer durante las últimas semanas, y seguramente ya estaba planeando el secuestro de la pequeña. La policía intenta ahora recabar más información de este hombre.

Carlos Savaranz, el sospechoso

Por ahora se sabe que es un hombre de 40 años con denuncias por abusos de menores. La policía le ha identificado gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad. Es Carlos Savanz, al que la madre de Maia llama «Carlitos» y que durante el último mes se convirtió en un habitual en lugar donde ellas pasaban las noches. 

Carlos se dedicaba a la recogida de cartón en el Barrio Cildañez, y a pesar de su precario modo de vida, prometió a la madre de Maia que le compraría una bici a la pequeña. Cuando vio que Maia no volvía, su madre se dio cuenta de que había sido engañada y acudió a la policía para poner la denuncia. A partir de entonces, la imagen de la niña empezó a aparecer en todos los periódicos e informativos del país.

Abusó de su propio sobrino

El revuelo fue tan grande que los vecinos de la zona cortaron una carretera para que todos se enterasen de lo ocurrido. Horas más tarde, la policía detuvo a una personas que respondía al nombre de Carlos Savaranz, pero resultó ser un familiar del sospechoso sobre el que pesa una orden de captura por trata de personas.

El hermano del presunto secuestrador dio una información inquietante: «Él es una basura, abusó de mi sobrino». Asegura que lo que hizo no tiene perdón y que su familia no lo está escondiendo: «No lo queremos, y no le abriría la puerta de mi casa ni a palos». 

Maia desapareció el 15 de marzo a las 09.17 horas. Fue vista por última vez en el barrio de Villa Lugano, muy cerca de la carretera que separa la capital de la provincia de Buenos Aires. llevaba una camiseta rosa con un oso. Además, hay un elemento que puede ayudar a identificar a la pequeña: una cicatriz por quemadura en el brazo derecho. Argentina no se rinde, pero el tiempo se agota.