Collage de El Piojo

Fuga de película de 'El Piojo' y su hermano que ha hecho historia: Todo lo que se sabe

Los hermanos y un tercer compinche tenían copia de la llave de una habitación de prisión y lograron serrar los barrotes y burlar la seguridad y las alarmas

Las fugas de presos en las cárceles españolas no son muy habituales y desde 2015 solo se ha tenido noticia de una, en 2019, en la cárcel de 2019. Pero esa racha se ha roto este 2020 con la fuga de los hermanos Moñiz Alcaide, que protagonizaron una fuga más propia de las películas de Hollywood que de la realidad. 

Jonathan Moñiz, apodado 'El Piojo', y su hermano Miguel Ángel son expertos en hacer butrones y hacer alunizajes, se convirtieron también en expertos en fugarse de la cárcel este pasado sábado, 5 de diciembre, cuando consiguieron burlar todas las medidas de seguridad de la cárcel de Valdemoro, en Madrid. 

Tal como recogen varios medios, como '20 minutos', en su huida hay varios elementos que bien podrían estar en una película de la misma temática, como el compinche que ayuda a los hermanos a fugarse, pero que es capturado antes de poder unirse a ellos o los barrotes de su celda serrados. 

Una fuga de película

Según fuentes próximas a la investigación, la fuga de los hermanos Moñiz y su compinche se empezó a preparar en el denominado 'cuarto de las maletas', una especie de almacén de la cárcel en la que se guardan algunas pertenencias de los presos que no pueden tener en sus celdas. 

Se desconoce cómo lo hicieron, pero los investigadores saben que los presos consiguieron hacer una copia de la llave de esta habitación, que habitualmente está cerrada y se abre en pocas ocasiones, una de ellas aprovechadas, presuntamente, por uno de los fugados para hacer una copia. Como poca gente entra en la habitación, los hermanos y su compinche aprovecharon que tenían la copia para entrar de vez en cuando y empezar a serrar los barrotes de la ventana. 

El 5 de diciembre fue la fecha elegida para escapar y los tres reclusos entraron en la habitación con su llave y quitaron los barrotes que habían ido serrando. Para bajar tuvieron que saltar a un tejado próximo a las celdas de aislamiento, donde en aquel momento no había ningún preso, algo que según los investigadores probablemente sabían. 

Una vez allí, pudieron traspasar la valla que rodea la prisión antes de llegar al muro exterior. Nadie se dio cuenta de su estancia en un lugar donde no podían estar, a pesar de que ese pasillo está custodiado por la Guardia Civil. Ni siquiera las alarmas sonaron, porque seguramente, según manejan los investigadores, cruzaron arrastrándose por el suelo. 

Los tres presos consiguieron superar esa valla y dirigirse al muro, de siete metros de alto y con una concertina en lo alto, el típico alambre circular con púas que puede observarse en la mayoría de películas y series que suceden en cárceles. Según apuntan fuentes próximas a la prisión, la concertina no estaba rota, por lo que los fugados tuvieron que usar algún tipo de material para no hacerse daño. 

Una vez estaban fuera de la prisión, uno de los funcionarios de prisiones que vigilaba desde la torre vio la silueta de uno de ellos y dio aviso a la Guardia Civil. Los agentes lograron interceptar al compinche que había ayudado a los hermanos Moñiz a fugarse, pero ellos consiguieron desaparecer sin dejar rastro. 

Los investigadores están analizando ahora los vídeos de las cámaras de seguridad de la prisión e interrogarán a otros presos y funcionarios de la prisión para tratar de esclarecer cómo lograron los hermanos Moñiz trazar su plan para escapar. 

De momento, el plan funcionó a la perfección y los hermanos Moñiz están siendo buscados por las autoridades. Ambos son expertos en alunizajes en la zona de Madrid y llevan, como mínimo, desde el 2012 en el radar de la Benemérita, quien les atribuyó ese mismo año unos 50 delitos.