Martina Patti, una mujer de 23 años, se presentó el lunes en la comisaría para denunciar el secuestro de su hija. Desde un buen principio la policía encontró múltiples contradicciones en su versión. Tras un largo interrogatorio, ayer se acabó derrumbando y condujo a los agentes hasta el cadáver.
Este es el trágico desenlace de la desaparición de Elena del Pozzo, una niña de 5 años, en Catania (Italia). Todo el país ha contenido el aliento durante horas, con la esperanza de que la menor apareciera con vida. La confesión de la madre y el hallazgo del cadáver han causado una gran consternación.
Martina ha reconocido haber matado a su hija, pero dice que estaba fuera de sí y que no recuerda por qué lo hizo. La investigación apunta a que actuó como venganza contra su ex, que había iniciado una nueva relación con otra mujer. Los celos la empujaron a matar a la pequeña de manera escalofriante.
El horrible asesinato de Elena
Según fuentes de la investigación, Martina apuñaló a su hija de manera salvaje en el cuello, en la cara y en la espalda. Luego envolvió el cadáver con cinco bolsas de basura e intentó enterrarlo con un pico y una pala. Finalmente lo cubrió lo mejor que pudo con un montón de tierra y ceniza.
Martina llamó entonces a emergencias y explicó una rocambolesca historia que la policía nunca creyó. Según dijo, su hija había sido secuestrada por tres hombres encapuchados mientras estaban dentro de un coche. Pero apenas ofreció detalles y tampoco había testigos de ningún asalto.
Al revisar las cámaras de seguridad en la ubicación que dio la mujer, no aparecía ningún secuestro. Era evidente que la madre se lo había inventado todo, así que pasó a ser la principal sospechosa. Tras ser sometida a un intenso interrogatorio, confesó el crimen y señaló la ubicación del cadáver.
Las últimas horas con vida de Elena
La noche antes del asesinato, la pequeña Elena había dormido en casa de sus abuelos paternos. Su abuela la llevó a la guardería por la mañana, y su madre la recogió a las 13:00 horas. Entre las 13:30 y las 15:00 cometió el crimen y escondió el cadáver en una zona forestal.
Fue entonces cuando realizó la llamada de emergencia, y se inventó una historia en la que incluso acusó a su ex. Los investigadores aseguran que cuando confesó “parecía como ida, ausente, como si no hubiera hecho lo que hizo”. La exploración del cadáver mostró la horrible muerte de Elena.
“Fue un interrogatorio dramático”, asegura la letrada que asistió a Martina, “estaba destruida y actuaba como si alguien la hubiera poseído”. Por su lado, la familia paterna de la niña asegura que la madre la había pegado alguna vez. Tenía una actitud autoritaria, y Elena era feliz cuando estaba con su padre.
Depresión, celos y psicosis
La principal hipótesis de la investigación es que Elena del Pozzo, de 5 años, ha sido víctima de violencia vicaria. Es decir, que su madre la ha matado como venganza por los celos enfermizos hacia su ex. La parricida está en manos de la justicia, a la espera de los resultados psiquiátricos.
“No sé lo que pasó por mi mente cuando la golpeé, fue como si en ese momento yo fuera otra persona”. Esa ha sido la confesión de la parricida a la que acusan de homicidio voluntario y premeditado. Dice que no sabe por qué lo hizo, y que solo recuerda el cuchillo pero poco más.
Marina Patti, graduada en educación física, estuvo casada con Alessandro del Pozzo y tuvieron una niña, Elena. Ella le dejó al conocer a otro chico, y él inició una nueva relación con otra mujer. La estrecha relación de la pareja de Alessandro con Elena habría sido el detonante de la tragedia.
Al parecer, Elena desarrolló unos celos enfermizos que se añadieron a un cuadro de depresión y psicosis. Un cóctel explosivo que la llevó a planear el asesinato de su hija para hacer daño a su ex y a la pareja de este. El resultado, la salvaje muerte de una niña de 5 años que ha paralizado a todo un país.