Anna y Olivia y una foto de su madre Beatriz Zimmermann

La carta final de Beatriz, la madre de Anna y Olivia: 'Puedo vivir'

La madre de las niñas desaparecidas en Tenerife agradece el esfuerzo realizado por los equipos de rescate

Anna y Olivia y una foto de su madre Beatriz Zimmermann

Nadie pone en duda el gran trabajo de los equipos de rescate en las operaciones de búsqueda de Anna y Olivia. Las pequeñas de Tenerife secuestradas por su padre, Tomás Gimeno. La madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, ha querido reconocer el esfuerzo en una carta.

En la misiva, dirigida a la Guardia Civil y a los tripulantes del buque Ángeles Alvariño fue muy clara. «Gracias a ustedes puedo vivir», admite. Lo hace  «sumida en la tristeza, pero en la paz y en el amor de saber que conocemos la verdad».

La madre de las menores asegura que su intención era acudir  «al barco a agradecer toda la labora que están haciendo». Sin embargo, debido a la complejidad de la visita, le recomendaron otro método para agradecer la labor de los equipos de rescate.

Se muestra orgullosa de que «la verdad salga a la luz». Después de muchos días de búsqueda, se ha conseguido encontrar el cuerpo de una de las niñas. Y la previsión es que durante los próximos días se haga lo propio con la otra.

Agradecimiento a los equipos de rescate

En la citada carta, admite que «por muy devastadora y cruel» que fuera la realidad, «siempre es mejor saber la verdad». Le da las «gracias» a todas las personas que participan en el operativo de búsqueda. Su labor le permite «sentir a mis niñas conmigo, de otra manera, pero las puedo sentir a mi lado», aclara Beatriz.

En todo momento, la madre de las niñas desaparecidas en Tenerife elogia el esfuerzo de los investigadores. «Han hecho una labor increíble, sé lo difícil que fue y han sido increíbles», señala.

A veces, resulta complicado traducir con palabras lo que se siente. Y Beatriz lo ha conseguido. Abre las puertas de su casa a todos. «Estaría encantada de conocerles», finaliza el mensaje.

Homenajear a Anna

Los esfuerzos del equipo de rescate se centran ahora en encontrar a la pequeña Anna. La intención de la madre es rendirle un pequeño homenaje en el funeral de Olivia, rescatada sin vida la semana pasada. Así lo aseguró el portavoz de la familia, Joaquín Amills.

Pese a que se había puesto fecha a las labores de búsqueda, las administraciones se encargaron de desmentirlo. Fue el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el que lo confirmó.

Seguirán «todos los medios necesarios y precisos». Entiende que es «un deber» encontrar tanto a la pequeña como a su padre, Tomás Gimeno.

Previsiblemente en los próximos días se retire de la zona el Ángeles Alvariño. Sería sustituido en las labores de rastreo por un minisubmarino de propiedad privada. Puede operar a 2.180 metros de profundidad y garantizaría unos resultados muy similares.

Hay muchas incógnitas sobre el paradero del progenitor. Algunas investigaciones lo sitúan también en el fondo del mar. El buque oceanográfico se centra en hallar el cinturón de plomo con el que se pudo lastrar para quitarse la vida.

La aparición de este elemento puede resultar decisivo para conocer su paradero. No obstante, la última señal del móvil lo colocan en la plaza del Adelantando de La Laguna.

Sería a unos veinte kilómetros en línea recta del lugar donde se encontró el cuerpo de la pequeña Olivia. Tampoco se puede descartar que haya huido y esté en otro país. Cualquier opción se puede contemplar en vista de los últimos acontecimientos.

El caso de las dos niñas de Tenerife es un claro ejemplo de violencia vicaria. Es la que se ejerce sobre los hijos de la pareja por el hombre, con ánimo de hacer daño a la mujer. Los pequeños son objeto de maltrato psicológico o físico para provocar el mayor dolor posible a la otra persona.