La vida de Archie Battersbee acabó de manera trágica a los 12 años el pasado 7 de abril en su casa de Southend, en Inglaterra. Sus padres lo encontraron inconsciente en el suelo tras haber participado en un reto viral. El niño sufrió daños irreversibles que lo llevaron a una muerte cerebral.
El caso ha levantado una gran polémica después de que una jueza autorizara desconectar al menor de la máquina que le mantiene vivo. La magistrada, apoyada en la valoración de los médicos, entiende que el menor ya está muerto. Sin embargo, los padres confían en que el pequeño vuelva a la vida.
La familia ha emprendido una batalla judicial para impedir que su hijo sea desconectado en los próximos días. Dicen que no se darán por vencidos y quieren demostrar que, en contra de lo que dicen los médicos, su hijo sigue vivo. Pero por ahora la justicia se mantiene firme en su drástica decisión.
La jueza tomó una decisión
El pasado 7 de abril, la madre de Archie encontró a su hijo inconsciente en el suelo con una atadura en el cuello. Todo apunta a que el menor quiso realizar uno de los muchos desafíos virales que corren en internet. El juego se le fue de las manos y sufrió daños cerebrales de mucha gravedad.
El niño llegó al hospital inconsciente, y a pesar de los esfuerzos de los médicos entró en un estado de coma profundo. Su situación empeoró y el 31 de mayo, los médicos del Royal London Hospital confirmaron su muerte cerebral. Los abogados del hospital pidieron a la jueza que tomara una decisión.
Los médicos realizaron todo tipo de pruebas al menor y determinaron que no hay actividad cerebral. Con los informes médicos en la mano, la magistrada ordenó la interrupción de la terapia que mantiene al menor con vida: “Doy permiso para que los médicos dejen de suministrarle ventilación asistida”.
‘Las perspectivas de recuperación son nulas’
El 31 de mayo, los médicos hicieron una resonancia magnética en la que no se apreciaba actividad cerebral alguna. En términos médicos, la función del tronco encefálico había cesado de forma irreversible. La magistrada autorizó la desconexión del menor, y lo razonó de la siguiente manera.
“Si Archie permanece con ventilación mecánica, el resultado probable para él es una muerte súbita, y las perspectivas de recuperación son nulas. No puede disfrutar de la vida y su daño cerebral es irrecuperable. La desventaja de una muerte tan apresurada es la incapacidad de su querida familia para despedirse”.
Al considerar que la persona ya está prácticamente muerta, la justicia puede autorizar legalmente la interrupción del tratamiento. La diferencia entre un coma y una muerte cerebral es que esta última es irreversible. Se han dado casos de personas en coma que vuelven a la vida, pero nunca en casos de muerte cerebral.
La madre no se da por vencida
A pesar de las razones médicas y judiciales, la familia de Archie recurrirá la decisión porque la consideran injusta. “Estoy destrozada, sumamente decepcionada por el fallo del juez después de luchar durante semanas una batalla legal”. Así lo ha expresado la madre, Hollie Dance, en un comunicado.
“Basar la decisión en una prueba de resonancia magnética y en que sea probable que esté muerto no es suficiente. Esta debe ser la primera vez que alguien es declarado ‘probablemente’ muerto en base a una resonancia magnética”. Según la madre, está “destrozada” y “asqueada” por la decisión.
“Su corazón todavía late”, ha añadido, “me ha agarrado la mano y como madre sé que todavía está allí”. La madre cuenta con el apoyo de una organización cristiana y ha asegurado que “hasta que sea la voluntad de Dios no aceptaré que se vaya porque sé de milagros de personas que han vuelto”.
El caso de Archie ha servido también para concienciar nuevamente sobre el peligro de los restos virales en los adolescentes. Se trata de pruebas extremas que pueden conducir a los jóvenes a la muerte. Los chicos y chicas no son conscientes del peligro y lo hacen para aumentar su popularidad entre los demás.