La lucha contra el coronavirus está en pleno apogeo debido a la llegada de la vacuna de Pfizer, la primera en aplicarse en Europa.
El Reino Unido ya inició su campaña de vacunación masiva contra la Covid-19 el pasado 8 de diciembre, empezando por la ya famosa Margaret Keenan, que se convirtió en la primera mujer voluntaria en recibir la vacuna.
Reino Unido advierte a un colectivo de población para que no se vacune
Aunque con anterioridad la vacuna ya había sido probada en miles de personas durante los ensayos clínicos, lo cierto es que ya han empezado a surgir en Reino Unido casos de vacunados con efectos adversos.
De hecho, las autoridades en Reino Unido ya han recomendado a las personas con historial grave de alergias que no se vacunen con la inyección de Pfizer/BioNTec.
Esta recomendación se ha hecho efectiva a raíz de lo sucedido con dos trabajadores del Servicio Nacional de Salud, que sufrieron reacciones alérgicas tras recibir la vacuna el pasado martes de esta semana.
Las dos personas sufrieron un cuadro anafilactoide poco después de recibir la vacuna debido a sus graves patologías alérgicas.
Ambos tienen un historial de alergias severas y llevan siempre autoinyectores de adrenalina para frenar cualquier choque anafilático. Finalmente, los pacientes fueron tratados de urgencia y se encuentran en perfecto estado.
Reino Unido insiste en que la vacuna de Pfizer es segura
Tras conocer ambos casos, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido (MHRA) ha querido lanzar esta recomendación dirigida a los alérgicos más graves, puesto que aseguran se trata de un efecto adverso «común con las nuevas vacunas», declaró Stephen Powis, director del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra.
A pesar de la recomendación, las autoridades británicas no han puesto en duda la seguridad de la vacuna, que ya ha sido certificada por Estados Unidos y la FDA.
Sin embargo, son muchos los que tildan a Reino Unido de haberse precipitado en la campaña de vacunación al no haber esperado a que las autoridades europeas certificasen la seguridad de la vacuna de Pfizer.
No obstante, son muchos los que insisten en que ninguna vacuna podrá ser 100% segura. Ni siquiera la conocida y estudiada vacuna de la gripe cumple con esta premisa.
Como sucede con cualquier vacuna, el riesgo nunca será cero, puesto que siempre hay personas susceptibles de reaccionar adversamente, personas que, por tanto, no podrán vacunarse a pesar de que se trata de una vacuna crucial para frenar la pandemia.
Los grupos de población que no podrán vacunarse contra el coronavirus
Según la ficha técnica de la vacunaCovid-19 BNT162b1 de Pfizer, existen determinados grupos de población que no pueden ser vacunados. Aunque son advertencias muy similares a otras vacunas, no por ello debemos dejarlos en el olvido.
En primer lugar nos encontramos a los menores de 16 años. Aunque durante los ensayos clínicos participaron adolescentes de incluso 12 años, la vacunación en menores de edad no está recomendada al no poderse establecer los parámetros de seguridad y eficacia en estas edades.
Lo mismo sucede con las mujeres embarazadas o periodo de lactancia. En este caso, la vacunación no se recomienda por falta de datos al respecto. A día de hoy, se desconoce la posible toxicidad de la vacuna de Pfizer respecto a la reproductividad y los efectos que podría tener sobre la fertilidad.
Tampoco está recomendada la vacunación en individuos con ciertas patologías importantes, como es el caso de los pacientes que sufren algún trastorno de la coagulación o reciben algún tipo de terapia anticoagulante, como es el caso del Sintrom. En estos casos, la inyección intramuscular está contraindicada y la vacuna de Pfizer requiere una inyección de estas características.
Algo parecido sucede con los individuos que sufren algún tipo de enfermedad con inmunodepresión (SIDA) o algún tipo de terapia inmunodepresora. Sin embargo, en este caso la vacuna no estaría contraindicada, simplemente cabe esperar una respuesta menor frente a la vacuna.
A pesar de estas precauciones, podemos confiar en la seguridad de la vacuna, puesto que la mayoría de las advertencias se deben a la falta de datos y no a efectos adversos ocasionados como tal.
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