Como ya sabréis, muchas empresas se han visto obligadas a recurrir a los ERTES durante la crisis del coronavirus. Esto ha afectado tanto a grandes empresas como a pequeñas y medianas, siendo una excepción las multinacionales y cadenas que se dedican a la venta de alimentos.
El Corte Inglés fue una de las empresas más afectadas, teniendo que aplicar el ERTE sobre más de 25.900 empleados y empleadas. Pero, ahora, todo indica que va a abrir sus centros en toda España. Si bien ya habían empezado a reactivar sus tiendas físicas desde que se decretó la Fase 1 en algunas zonas, ahora, a las - posibles - puertas de la ‘fase 2’ en las grandes ciudades, la empresa va a por todas, y pretende abrir sus 90 centros, que están repartidos por todo el país.
Por lo que El Corte Inglés se prepara para abrir sus centros el próximo lunes 8 de junio, sin restricciones de superficie y con un aforo limitado al 40%, en caso de que Madrid, Barcelona y algunas zonas de Castilla y León pasen a la Fase 2.
Los trabajadores se reincorporarán paulatinamente
Y, según se vayan levantando las restricciones, la compañía pretende que los 25.900 empleados se vayan reincorporando poco a poco, según han informado fuentes del grupo al medio ‘Europa Press’.
En estas zonas, que todavía están en Fase 1, El Corte Inglés cuenta con establecimientos abiertos sin cita previa, pero con un espacio limitado a 400 metros cuadrados, además del 30% del aforo, la distancia mínima de seguridad y las franjas horarias prioritarias para los mayores de 65 años.
En cambio, en la Fase 2, siempre contando con las medidas de seguridad establecidas, El Corte Inglés también ha podido abrir zonas como las cafeterías, donde las personas pueden sentarse a comer en una mesa o pedir para llevar.
El ERTE de El Corte Inglés fue presentado el 25 de marzo y afectaba a más de 22.000 empleados de los centros de El Corte Inglés, 2.000 trabajadores de Sfera y 1.900 empleados de Viajes El Corte Inglés.
Por otra parte, la compañía llegó a un acuerdo con los sindicatos CCOO, UGT, Fasga y Fetico para apoyar la conciliación familiar, además de establecer nuevas condiciones de trabajo adaptadas a la ‘nueva normalidad’, y de garantizar el mantenimiento del empleo en el contexto que estamos atravesando con la crisis del coronavirus.