Iker Jiménez fue de los primeros en alertar sobre el riesgo que corríamos con la llegada del Covid-19. Muchos le calificaron de alarmista, pero el tiempo le ha terminado dando la razón. Desde que el virus comenzó a campar a sus anchas por todo el mundo, el presentador de 'Cuarto Milenio' se propuso informar sobre todos los aspectos menos conocidos del coronavirus mediante sus programas.
Han sido muchas las ocasiones en las que le hemos visto molesto y enfadado con ciertas actitudes irresponsables y muy preocupado por la situación epidemiológica. Pero el pasado domingo, algo había cambiado en Iker Jiménez. Su enfado se transformó en tristeza y quiso explicar a los espectadores la razón de ello. Y es que el virus le ha tocado muy de cerca.
El Covid se ha llevado a amigos y familiares de Iker Jiménez
Algo le pasaba a Iker Jiménez por la cabeza mientras estaba al frente de 'Cuarto Milenio' el domingo 24 de enero. También era notable en su mujer, Carmen Porter, quien tenía un tono de voz algo diferente del que acostumbra, mucho más serio. En los minutos finales del programa, el presentador quiso desvelar ante la audiencia la razón de esa tristeza.
Visiblemente compungido, con evidentes signos de emoción en su voz y los ojos vidriosos, Jiménez confesó que «hoy no he estado del todo fino porque, créanme cuando se lo digo, he tenido una serie de pérdidas de familiares y amigos». Por desgracia, y como le está ocurriendo a millones de personas, el Covid-19 había llegado a su entorno más cercano arrebatándole a personas muy queridas para él.
«Me hace mucha gracia cuando algunos me dicen que el virus no existe. Vaya, pues si fuera así, yo ya he perdido un puñado de seres queridos y no he podido estar cerca de ellos. Ayer mismo el Covid se llevó a Miguel Pereira, el custodio de las Caras de Bélmez que nos consideraba de su familia. Le conocía desde hace treinta años y estaba el hombre débil y hospitalizado» explicaba Iker Jiménez.
No han sido unos meses fáciles para el periodista. A la pérdida de uno de sus grandes amigos se le suma también la de sus dos mascotas. Amante de los animales, Iker sintió el fallecimiento de sus perros como la de un familiar muy cercano: «En este período que estamos viviendo, hasta he tenido que decir adiós a mis dos perros en los últimos meses, cosa que nos es fácil de argumentar. Esto es absolutamente anecdótico comparado con los desastres que está viviendo la gente, pero cada uno tiene sus propias tragedias».
El mensaje de Iker Jiménez
El presentador no quiso terminar su intervención sin mandar un mensaje a los espectadores: «Mi recomendación o consejo de amigo, con la sensación de que está pasando algo realmente peligroso y ha subido un grado exponencial de contagio, es que se cuiden todo lo que les sea posible. Que no desesperen cuando dentro de los ámbitos familiares haya personas que no les creen porque ellos piensan que no es para tanto… Eso suele pasar cuando no te toca de cerca».
Para poner punto y final a los últimos momentos de 'Cuarto Milenio', Iker Jiménez afirmó «así es la vida, un misterio y un enigma». El presentador concluyó que «debemos ser muy dichosos cuando las cosas van aparentemente normal. Nos quejamos de lo rutinario pero, a veces, es mejor que no pase nada porque casi es una bendición».
Con las lágrimas a punto de desbordarse, el presentador se solidarizó con aquellas personas que «están sufriendo sus propias peleas, batallas, soledades y tristezas» y quiso mostrarles su apoyo asegurando que «aquí tienen un equipo que, aunque contemos cosas preocupantes, lo quiere es ir con la mirada un poco más allá y seguir con esta profesión, la que amamos y la que nos salva. Estaré aquí como un clavo en siete días porque nos debemos a vosotros por tanto que nos dais» concluyó.