Este domingo se vio la gala final de ‘La isla de las tentaciones’, con las hogueras finales entre las parejas que decidieron si seguían sus caminos juntos o por separado. Pero algo no cuadró a los espectadores, que echaron en falta información sobre lo que había pasado en el 'dating show' con las citas en las que se había vetado a Lía y Óscar con la novedad del collar del veto, o cómo habían desaparecido dos solteros sin que nadie lo hubiera visto.
Una de las participantes de esta segunda edición del programa y tentadora de Pablo, Dorothy Collado, puso en evidencia este hecho y además reveló a los seguidores a través de un comentario en su Instagram que el programa se había comido una semana entera de grabaciones: «Yo no entiendo nada. Esto es de después de una semana que se fueran Tom y Sandra. ¿Y toda la semana que se han comido dónde sale?», se preguntó estupefacta.
De esta manera, los espectadores del programa descubrieron que Guille y Fátima habían sido eliminados de la villa, y que este hecho había sido emitido durante el debate del pasado martes; lo que no emitió el Debate de Carlos Sobra fue qué sucedió en las citas de dicha semana entre solteros y tentadores.
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El motivo: ahorro de costes
En un principio, Mediaset contaba con que el programa pudiera tener 10 episodios, como sucedió en la pasada edición, esta vez el programa solo ha contado con 8 galas, a falta de que se emita el episodio del reencuentro entre las parejas y algunos tentadores, previsto para este miércoles. Esto significa un recorte de dos galas, algo que sorprende y más teniendo en cuenta el éxito del formato.
Pero el cambio de planes vendría dado por la estricta política de ahorro de costes que ha implantado Paolo Vasile desde la pandemia, debido a que la crisis sanitaria que ha provocado una caída en ingresos publicitarios.
Y es que, aunque La isla de las tentaciones no es un formato caro teniendo en cuenta que su producción estaba pensada para Cuatro, Paolo Vasile ha optado por adelantar la segunda edición de 'La casa fuerte', un formato 'low cost' sin coste en derechos y más barato que el dating show.