El sector de la hostelería ha sido uno de los más castigados por la pandemia. Los cocineros más conocidos de este país, entre los que se encuentran la televisiva Samantha Vallejo-Nájera, han sufrido en primera persona la crisis económica. Ella ha tratado de hacer todo lo posible por salvar su negocio.
Su empresa, que lleva su mismo nombre, tuvo que recurrir a los préstamos avalados por el ICO para obtener 800 000 euros. Era la única manera para sacar a flote su compañía de catering y "asegurar y reforzar su fondo de maniobra a corto plazo".
Samantha Vallejo, conocida por su participación de jurado en Masterchef, atraviesa una situación crítica con su negocio. En 2019 ya tuvo que recurrir a otro préstamo, en esa ocasión a Bankia, para aliviar la maltrecha economía de la firma. Su catering daba trabajo a casi medio centenar de personas.
En los últimos meses ha comprobado como caía de manera drástica la producción y la facturación de la sociedad. Lo cifran en un 65% menos. Esto "compromete de manera importante su viabilidad", como recoge Vanitatis.
Este negocio se fundó en 1995 y para salir adelante, Samantha ha tenido que tomar medidas muy duras. Entre otras cosas se han visto en la obligación de prescindir de algunos empleados. Además de amortizar ciertos puestos, también han ajustado los salarios de parte de la plantilla", recoge el informe de cuentas anuales.
En marzo de 2020, Samantha Vallejo solicitó un ERTE por fuerza mayor. Aunque no le dé por liquidado, las opciones de que vuelva a funcionar como antes son mínimas, según explica este medio. Acumula importantes deudas y posiblemente ya no le interese reflotarlo.
Por eso, la chef no ha dudado en buscar nuevas alternativas. En plena crisis sanitaria decidió abrir otra empresa. Se trata del restaurante Casa Taberna, situado en la localidad segoviana de Pedraza.
Lo ha montado junto a su marido. Durante todo el verano ha estado muy implicada y apenas ha podido permitirse unos días de descanso.
Samantha y su economía
Samantha Vallejo, al igual que sus compañeros de programa, ha visto como Masterchef se convertía en un flotador para ellos. Ha acudido a su rescate en el momento más complicado.
Así lo reconocía Pepe Rodríguez en más de una ocasión. "Si solamente tuviésemos los restaurantes, estaríamos hablando de otra cosa y sufriríamos de otra manera. No lo quiero ni pensar, hemos tenido suerte", admitía el propietario del Bohio.
Su negocio de hostelería también estuvo al límite, como aseguró en una entrevista a Lecturas. "No las tengo todas conmigo. Yo voy a dar todo lo que pueda para mantenerlo hasta que un día diga: señores, hasta aquí hemos llegado", dijo.
Pero mejor suerte ha corrido el otro compañero de cocinas de Samantha Vallejo-Nájera. Jordi Cruz y el restaurante L'Angle presentaron unas cuentas positivas. Algo sorprendente pese a que tuvo que cerrar durante dos meses por la pandemia.
Cuenta con un activo de 1,2 millones, facturando el año pasado apenas 134 000 euros. Se considera una cifra bastante baja para un negocio de estas características. Los beneficios netos llegaron a los 121 000 euros, siendo necesario que le inyectase 400 000 euros para cuadrar el ejercicio.
Otra situación bien distinta es la que atraviesa el restaurante ABaC, en el que Cruz se encarga de la dirección de cocina. En él no tiene participaciones ni cargos. Para superar la crisis se vieron obligados a solicitar créditos.
Se les inyectó 1 590 000 euros para sanear las cuentas.
Tanto Samantha, como el resto de cocineros de Masterchef, también tienen ingresos por publicidad. Suelen ser imagen de distintos artículos de alimentación y utensilios de cocina.