Rocío Flores puso rumbo a Honduras para ser una de las participantes de la nueva edición de 'Supervivientes'. La hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco ponía tierra de por medio con la intención de dejar atrás el conflicto que mantiene con su madre, con la que no se habla desde hace años.
Con el paso de los días, Rocío comenzó a sentir debilidad y afloró su deseo de reconciliación, mandando en más de una ocasión mensajes dirigidos a su madre. Con lágrimas en los ojos sin poder contener la emoción, se venía abajo con solo pensar que su progenitora pudiera estar viéndola en televisión.
Por su parte, la hija de 'la más grande' ya dejó caer de una manera irónica, antes de que diera comienzo 'Supervivientes', que no era su intención seguir el concurso de su hija: «Solo veo Netflix. ¿Eso lo echan en Netflix?» respondió cuando le preguntaron.
Ahora, cuando el reality ya lleva alrededor de tres meses, parece que Rocío Carrasco no ha cambiado de opinión y sigue sin estar atenta a los avances que su hija está haciendo en la isla. El motivo por el cual ha tomado esa decisión, la ha confesado una persona perteneciente al círculo más cercano de Rociíto: «No puede soportar el dolor. Se niega a ver a su hija en el concurso» asegura.
Ajena a todo esto, vive su aventura Rocío Flores quien guarda la esperanza de que su madre vea cómo avanza en el concurso mientras se muestra tierna en sus mensajes: «Muchísimas felicidades, me encantaría poder decírtelo en privado. Me encantaría que las cosas se pudieran arreglar en privado. Yo no quiero hacerte daño. Me gustaría poder hablar cuando llegue» le decía entre lágrimas el día de su cumpleaños después de ocho años sin felicitarla.
El futuro de la relación entre madre e hija parece estar muy lejos de poder arreglarse, y ahora más que nunca pesa sobre ella la incertidumbre después de que Rocío Flores se haya mostrado partidaria a arreglar las cosas, algo que podría cambiar cuando sea consciente de que su madre no solo no la ha visto, sino que tampoco ha recibido sus mensajes.