Enrique Ponce despide un año lleno de cambios, y es que este 2020 ha supuesto para él encontrar el amor al lado de Ana Soria y separarse de la mujer con la que ha compartido 25 años de su vida y con la que ha tenido dos hijas. La flamante nueva pareja se daba conocer este verano, un anuncio que dejó a todos estupefactos, principalmente por la diferencia de edad entre ambos. Desde entonces, los enamorados se han dedicado continuas muestras públicas de amor tanto en redes sociales como en los ruedos y corridas que él ha protagonizado, incluso siendo tachado por alguno como ‘empalagoso’.
Pero no todo son buenas noticias para Ponce, pues si el amor le ha llegado por la puerta grande, en cuestiones económicas la cosa no le estaría funcionando nada bien. Según lo que revela la periodista Paloma García Pelayo en el medio ‘Look’, el torero estaría totalmente arruinado tras separarse de Paloma Cuevas: «Está casi arruinado. Los negocios no le han ido nada bien y ahora que casi no torea, las deudas le superan», asegura alguien de su entorno más cercano.
El divorcio sigue sin firmarse
Por lo que se ve, el torero y empresario tiene problemas económicos desde mucho antes de la pandemia, pero ha sido ahora tras la separación de Paloma Cuevas, cuando más han aflorado. Su divorcio parece consensuado desde hace más de 6 meses, pero el torero no se decide a firmar los papeles del divorcio. Se fue de su casa en Jaén donde pasaba el confinamiento con su familia el pasado junio, rumbo a Almería para comenzar una nueva vida junto a Ana Soria, su nuevo amor.
Pero tras pasar el verano y finalizar la temporada taurina en octubre, el matrimonio todavía no se ha disuelto ni Ponce ha firmado el convenio regulador. ¿A qué se debe tanta dilación en el proceso? El torero, que decidió unilateralmente acabar con su matrimonio, es ahora el que no quiere firmar el divorcio. Unos primeros rumores apuntaron a una posible reconciliación entre ambos, algo que se encargó de desmentir la propia Paloma Cuevas en una entrevista a la revista ‘¡Hola!’.
Pero por lo que se ha sabido ahora, serían los problemas económicos los que estarían retrasando la firma del acuerdo. «Ella no pide nada que no sea lógico: 2 hijas, educación, manutención… Para una persona arruinada, a lo mejor, no es así», ha confirmado una fuente cercana a la expareja a la revista ‘Look’.
Las empresas del matador de toros, casi en quiebra
El torero invirtió fundamentalmente en dos clases de negocios: la explotación agrícola y ganadera y las propiedades inmobiliarias.
Su explotación ganadera que tiene desde 1994 se dedica principalmente al aceite de oliva virgen extra que se comercializa bajo el nombre del torero. Pero esta empresa tiene un balance negativo al cierre de 2019, situación que presumiblemente habrá empeorado con la pandemia, apuntando a la necesidad de una posible disolución.
Su otra sociedad, la inmobiliaria, se dedica a la compraventa y explotación de locales comerciales en Úbeda, Jaén y Málaga. El hecho de que los negocios actualmente no le vayan nada bien al torero, complica y mucho el convenio regulador que habían estipulado, en el que Ponce se comprometía a pasar una cantidad determinada de dinero a su exmujer en concepto de pensión alimenticia.
Esto deja en una posición muy comprometida a Ponce que despide un año lleno de cambios en los que a nivel positivo ha conseguido el amor que estaba buscando, pero que a nivel económico lo deja en un nivel muy inestable. ¿Logrará la ya expareja llegar a un acuerdo monetario para poder poner fin a su matrimonio?