La muerte del antropólogo Pablo Herreros Ubalde con 42 años ha sido un gran mazazo para el mundo de la divulgación científica y todos los que lo conocían y lo admiraban como persona y profesional. La causa de su fallecimiento has sido un cáncer de pulmón al que no ha podido vencer.
Pablo también fue presentador del programa 'Yo Mono', en La 2 de TVE, y autor de varios libros de divulgación, entre ellos 'La inteligencia emocional de los animales'. Las redes lamentan su muerte y recuerdan su legado.
La noticia de su muerte ha sido divulgada este fin de semana por un compañero y tocayo suyo, el periodista Pablo Herreros, quien lamentaba su fallecimiento con un emotivo mensaje el 22 de diciembre: «Hoy me levanté a correr sin recordar siquiera que era el día de la Lotería de Navidad. Al volver me encontré en el móvil una noticia tristísima: esta noche se nos ha ido mi querido tocayo Pablo Herreros».
Sus compañeros y colegas lloran su ausencia en Twitter
«Pablo era un grandísimo ser humano, y un bestial primatólogo», el tocayo del antropólogo fallecido. Es curioso lo que puede unir tener el mismo nombre que es precisamente la manera por la que se conocieron ambos ya que compartían las alertas en Google.
Varios compañeros periodistas han publicado en twitter sus mensajes de reconocimiento y condolencias entre ellos el Instituto Jane Goodall en España.
Pablo era un gran amante de los animales
Antropólogo, sociólogo y experto en comportamiento económico y organizativo, gracias a Pablo Herreros Ubalde pudimos saber que los chimpancés son tan listos que son capaces de reconocerse en un espejo, que los guacamayos se emparejan y se aman para toda la vida o cómo una mamá elefante llora de felicidad al reencontrarse con su cría.
En su último libro, 'La inteligencia emocional de los animales', Pablo Herreros Ubalde contaba que los humanos no somos las únicas criaturas que sentimos dolor ante la muerte de un ser querido: se ha comprobado, por ejemplo, que los elefantes forman un círculo alrededor de un miembro fallecido de la manada, y acarician sus huesos en señal de duelo. También demostró sus grande conocimientos sobre los primates en su anterior libro 'Yo, mono' donde analiza nuestros comportamientos a partir de la observación de los primates.
«Cuanto más estudio a los animales, más conozco a las personas. Lo mismo pasa a la inversa», declaraba Pablo al periódico 'El Mundo' hace unas semanas. Su trágico y prematuro fallecimiento supone una pérdida irreparable para el mundo de la comunicación científica en España, y deja un gran vacío en toda la comunidad amiga de los animales.
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