El Ministro Salvador Illa en una reunión de gobierno

Marta, la desconocida mujer de Salvador Illa con un trabajo que seguro que has visto

El ministro ha mantenido su vida privada siempre en un segundo plano, y destaca por ser un hombre muy discreto

Poco se sabe de la vida del ex ministro de Sanidad Salvador Illa, aparte de que es licenciado en Filosofía y no tiene formación sanitaria, como muchos ya destacaron en su día, poniendo en duda su labor como ministro.

Este catalán de 53 años, hasta hace poco era un gran desconocido para la población española, pero desde que apareció la pandemia se ha convertido en el rostro que está en la tele casi diariamente, sea por una cosa o por otra. Muchos le han puesto en cuestión por la gestión de la pandemia, y hasta se han querellado contra él sindicatos médicos y colegios de enfermeros por permitir el uso de mascarillas defectuosas y poner en riesgo la salud del personal sanitario.

Illa dejó el Ministerio de Sanidad para dedicarse a la política en Cataluña. Así pues, Illa fue el designado por Pedro Sánchez para encabezar la lista socialista en las elecciones En las elecciones del 14 de febrero de 2021, la candidatura del Partido Socialista a la presidencia de la Generalitat logró convertirse la fuerza política más votada.

Antes de convertirse en ministro y en diputado en el Parlament de Catalunya, había ejercido como alcalde de la Roca del Vallès, provincia de Barcelona, durante una década, entre 1995 y 2005, época en la que se construyó la conocida como ‘La Roca Village’. Se trata de un conocido outlet de marcas de lujo que produjo mucho malestar entre los comerciantes de la zona, que luego aplaudieron su decisión de permitir dicho proyecto por el enorme flujo de personas y clientes que trajo al pueblo.

Algunos lo definen como «discreto, contenido realista, disciplinado y puntual», algo que se ha visto reflejado en este lapso de tiempo en el que lo hemos podido ver en distintos momentos de crisis sanitaria, en los que no se ha visto que perdiera ni un momento el temple y la buena educación. 

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Además, lo definen como un hombre austero, que lleva conduciendo el mismo coche desde hace años y que disfruta recogiendo verduras y hortalizas en el huerto de su padre. Además, la gusta la sencillez y la frugalidad incluso también en la alimentación, pues es fan de los guisos de carne, escudella y demás platos de cuchara.

Sánchez acudió a él como figura clave para esta etapa del ‘procés’ debido a que es catalán, pero no está a favor del independentismo ni de la amnistía.

Su vida privada: casado por segunda vez y con una hija

Al ministro le gusta leer ensayos políticos y libros de historia, así como releer los clásicos griegos y latinos. Además de esto poco más se sabe, pues el político ha intentado por todos los medios blindar su vida privada del ojo mediático. Sin embargo, sí que ha trascendido que se ha casado dos veces, y que de este segundo matrimonio nació una hija que ahora es adolescente. Aquí te damos más detalles a nivel personal de la familia de  Salvador Illa. 

Illa estudió en la Escola Pía de Granollers, una escuela católica que le inculcó su catolicismo practicante, pues el ministro es católico. De ahí se fue a estudiar Filosofía en la Universidad de Barcelona y posteriormente realizó un máster en Economía y Dirección de empresas en la Universidad de Navarra. Antes de dedicarse a la política estuvo trabajando como profesor en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Blanquerna.

Su esposa y el Kit Kat

Su esposa Marta Estruch Macías trabaja en Esplugues de Llobregat en la multinacional Nestlé dentro del departamento de marketing, donde ha realizado varias campañas publicitarias de las chocolatinas ‘Kit Kat’ y de la comida para perros y gatos ‘Friskies’, además de publicar varios artículos de alimentación.

Debido a la pandemia, el matrimonio ha tenido que vivir separado durante largas temporadas por las restricciones que están impuestas, pues Marta reside en la casa familiar de la Roca del Vallès, mientras Illa reside en un apartamento de la Moncloa, por lo que no puede ir los fines de semana a visitarles. Una distancia que según su entorno más cercano no vive nada bien, pues es un hombre que no soporta que le alteren sus rutinas.