Mila Ximénez y María Teresa Campos en el plató del 'Deluxe'

El bonito gesto de María Teresa Campos con Mila Ximénez cuando anunció su cáncer

La presentadora ha puesto en contacto a Mila con los médicos que trataron a su hija Terelu

Los mensajes de ánimo hacía  Mila Ximénez  no dejan de sucederse y hoy ha sido María Teresa Campos quién ha entrado por teléfono en  'Sálvame'  para apoyar a su amiga y a la vez compañera. La veterana presentadora ha admitido que ella se enteró por televisión a la vez que lo hacía el resto del país.

En su llamada ha contado que inmediatamente se puso en contacto con Mila para animarla personalmente y confiesa que la llamada acabó con la colaboradora animándola a ella. Hace semanas atrás, Ximénez le comentó a la Campos que sufría un fuerte dolor de espalda y fue entonces cuando María Teresa la puso en contacto  con su fisioterapeuta, pensando que se trataba de un pinzamiento lumbar, sin imaginar en ningún momento que se trataría de algo tan serio como el tumor  que le han diagnosticado en el pulmón.

Por último, en esa llamada la ex presentadora de 'Qué tiempo feliz' se ofreció a su amiga para ponerle en contacto con los  especialistas que han tratado a Terelu cuando sufrió también el cáncer de mama, los cuales guardan aún una muy buena relación con el clan de las Campos.

En el 'reality' de 'Las Campos' pudimos ver la relación tan estrecha que existe entre Mila Ximénez y las comunicadoras y más concretamente con Terelu Campos, que a pesar de los roces que acostumbran a tener en los platós de televisión, luego presumen de una bonita amistad cuando se apagan los focos de la televisión.

Kiko Hernández muy afectado con la enfermedad de su amiga

Por su lado, Kiko Hernández  ha contado que Mila le pidió anoche que hoy por la mañana le hiciese una videollamada con sus hijas  para poder verlas y hablar un rato con ellas. Esta llamada se ha producido esta misma mañana y el colaborador contaba lo primero que le ha dicho su hija a Mila, preguntándole que le dolía. La periodista le respondía que le dolía la cabeza, a lo que la pequeña Abril le respondía que se pusiese un poco de purpurina y que se le pasaría pronto.