España cayó ayer eliminada en las semifinales de la Eurocopa ante Italia en la tanda de penaltis, pero, sin duda, hubo un claro triunfador. Ese es Luis Enrique Martínez, seleccionador español, que ha colocado a España entre los cuatro mejores equipos de Europa.
Solo la mala suerte privó al equipo español de luchar por un título, que ganó por última vez en 2012. Precisamente, aquella final se jugó contra el rival que le venció en la noche de ayer, Italia.
Tras la muerte de su hija Xana, hace casi dos años, el entrenador asturiano ha tenido que levantarse para volver a la rutina laboral. Entrenar es la actividad que más le gusta y por ello volvió a la Selección tras un parón de unos meses.
Antes de renunciar a su cargo, el asturiano dirigió a España en siete partidos (cinco oficiales y dos amistosos). Su etapa no pudo comenzar mejor, con dos triunfos consecutivos ante Inglaterra y Croacia en la Liga de las Naciones. Además, tuvo un plácido amistoso en Gales, pero su trayectoria se vio oscurecida con las derrotas ante los ingleses y croatas.
Cinco meses fuera del equipo nacional por la enfermedad de su hija Xana
"Debido a que los motivos que me impidieron desarrollar con normalidad las funciones como seleccionador desde el pasado mes de marzo continúan a día de hoy, he decidido dejar dicho cargo", comunicaba el seleccionador español hace dos años.
"Agradecer especialmente a todas las personas que forman parte del staff y los jugadores por su profesionalidad. Sin olvidarme de los medios de comunicación por vuestra discreción y respeto por la situación". La despedida de Luis Enrique en junio del 2019 fue solo un paréntesis en su carrera profesional.
Los motivos de su marcha se sabrían tiempo después cuando se conocía la muerte de su hija Xana, de solo 9 años. Robert Moreno, su mano derecha en el combinado nacional, le relevó durante nueve partidos, en los que España certificó su pase a esta Eurocopa.
Su polémico regreso
Tres meses después de la muerte de su hija, el seleccionador regresó a su cargo, en una vuelta que estuvo rodeada por una gran polémica. "El único responsable de que Robert Moreno no esté en mi staff soy yo. Ni Rubiales, ni Molina, la ambición desmedida no es una virtud, sino un gran defecto", dijo en su momento el actual seleccionador español.
Desde que volvió a su puesto, España no ha ganado más del 41 % de sus partidos. La goleada a Alemania en la Liga de las Naciones fue la única meritoria antes de meterle cinco a Eslovaquia y a Croacia en los octavos de final.
Sobre la importancia del éxito de España en esta Eurocopa, el seleccionador afirmó esto alabando a sus jugadores. "Es evidente que soy un líder, pero estoy fuera del campo. Lo importante está dentro del campo".
El sueño truncado de jugar la final de la Eurocopa
"Lo difícil es marcar goles, presionar bien, adelantar líneas, las cosas que hacen los jugadores. Si tuviéramos la fortuna de ganar y aparecer en la final, claramente sería mérito de ellos", aseguró en rueda de prensa antes de la semifinal.
"Somos líderes en cuanto a posesión de balón, pero Italia también puede hacer uso y disfrute del balón. Nuestro objetivo es claro: queremos y necesitamos el balón", aseguraba en las horas previas al partido.
Finalmente, el sueño de estar en la final de Wembley se vio truncado por un fallo de Morata desde los 11 metros. Fue el propio jugador madrileño el que nos había ilusionado a todos, marcando el empate a falta de ocho minutos para la conclusión del partido. España se va con la cabeza alta de la Eurocopa y Luis Enrique podrá estar orgulloso del trabajo hecho estas semanas con el combinado nacional.