El jamón de York es uno de esos productos que nunca faltan en la nevera. Ya sea para hacer sándwiches mixtos, empanadas de hojaldre o pizzas, es uno de los embutidos por excelencia.
Sin embargo, los expertos en nutrición nos llevan años advirtiendo de que se trata de un producto poco sano que no debemos consumir de forma frecuente. A pesar de ser poco calórico es un alimento con alto contenido en grasa y de muy baja calidad.
La clasificación del jamón cocido en nuestro país
«El jamón York no existe, al menos según la legislación. Actualmente no es más que un reclamo publicitario al que el consumidor ha sido acostumbrado, pero no obedece a ninguna clasificación de producto concreta», explicaba a 'El Español', Mario Sánchez, tecnólogo de los alimentos y autor del blog de divulgación científica 'Sefifood'.
De hecho, prácticamente cualquier embutido podría obtener el etiquetado 'de York'. Esto se debe a que la norma que regula los derivados cárnicos en España no define las características que debe tener un alimento para conseguir tal calificación.
Lo que sí define la legislación española son tres categorías de jamón cocido que se ordenan de mayor a menor calidad:
- Jamón cocido extra: incluye hasta un 90% de carne.
- Jamón cocido: el contenido de carne ronda el 70%-80% y no contiene féculas (almidones) pero sí algunas proteínas.
- Fiambre: es el de peor calidad porque el contenido de carne ronda el 50% del producto. Incluye proteínas de relleno y féculas.
El engaño de la industria cárnica en los envasados de embutidos
A pesar de que la calificación parece clara, muy pocas veces vemos productos envasados únicamente bajo este nombre.
Habitualmente, las compañías cárnicas utilizan palabras que sirven de reclamo publicitario. Palabras como 'bienestar', 'fitness', 'artesano' o 'extrajugoso' que intentan dar la imagen de un producto de mayor calidad.
No obstante, son palabras vacías que intentan atrapar e incluso confundir al consumidor. Esto precisamente sucede con la palabra 'extrajugoso', que nos puede llevar a pensar que se trata de un jamón de la máxima categoría, pero nada más lejos de la realidad.
«El reclamo extrajugoso suele aparecer en el etiquetado del jamón que no es de categoría extra», explica en su blog la dietista-nutricionista y farmacéutica Marián García (Boticaria García).
De esta forma, más vale tener bien claro las categorías de jamón que podemos encontrar y no dejarnos llevar por palabras bien sonantes que solo intentan persuadirnos.