Kiko Rivera e Irene Rosales son una de esas parejas que han debido enfrentar situaciones bastante complicadas a lo largo de su matrimonio, pero que a pesar de todo se ha mantenido unida demostrando que el amor lo puede todo. Así, han llegado a hacer frente a infidelidades, a las adicciones de Kiko, a la pérdida de los padres de la colaboradora en un mismo año, e incluso a la guerra mediática entre el Dj y su madre, Isabel Pantoja.
De todo esos problemas, han salido reforzados, por lo que pueden presumir de que su amor lo puede todo. Y, en una fecha tan especial y señalada como la de su séptimo aniversario, el matrimonio ha querido celebrarlo por todo lo alto con una escapada romántica en compañía de sus hijas.
«La mujer de mi vida. La que me cuida me mima y me salva. Hoy cumplimos 7 años juntos! Madre mía! Feliz aniversario cariño mío @irenerova24 Lo mismo hoy viene un hermanito. Te amo», compartía Kiko emocionado en sus redes sociales y bromeando acerca de la idea de tener otro hijo.
De lo que no cabe duda, es de que sería una gran noticia en medio de tanto drama, y justo por eso habrían decidido tomar la decisión de dedicarse tiempo de calidad a si mismos y a sus pequeñas, que les han alegrado la vida en las peores circunstancias. Así, se escapaban a la costa de Cádiz para respirar tranquilos y disfrutar en familia.
Una celebración que llega en un momento trascendental para ambos, ya que el Dj se encuentra en plenas negociaciones para vender su parte de Cantora, y su mujer está más que recuperada tras haberse operado el pecho.
Era el mismo día 24 por la tarde cuado la pareja decidía poner rumbo a Chiclana de la Frontera junto a Ana y Carlota, para disfrutar de unos días de sol y playa. Y, lo cierto es que no han escatimado en gastos teniendo en cuenta la fecha tan especial que celebraban, alojándose en el Hotel Riu Chiclana, en Novo Santi Petri, un establecimiento de cuatro estrellas, todo incluído las 24 horas del día, y a tan solo 200 metros de la playa de la Barrosa.
Un lujoso complejo que cuenta con 800 habitaciones en edificios independientes, y donde se pueden alojar por 88 euros por persona y noche. Un lugar desde el que Kiko ya ha presumido en sus stories de Instagram. Mientras tanto, Irene ha compartido sus últimas adquisiciones para que las niñas disfruten en la playa, y su marido se ha mostrado como un orgulloso padre al que le encanta pasar tiempo con sus hijas.
Pero, mientras la pareja celebra su amor, Isabel Pantoja se muestra cada día más hundida, y es que después del duro golpe que supuso para ella que su pequeño del alma la traicionara desvelando todos sus trapos sucios en televisión, dentro de poco está citada a declarar en el juicio contra su hermano Agustín, -al que Kiko demandaba por presuntos delitos de estafa y apropiación indebida-, y también se suma la presión de haberse quedado sin trabajo después de que el programa en el que ejerce de jurado, 'Top Star', no funcione tan bien como cabría esperar.
«Yo lo he intentado, pero parece que se están riendo de mí», aseguraba Kiko acerca de sus constantes intentos por acercar posturas con su madre y su tío sin obtener respuesta alguna. Aunque, la cosa podría ponerse todavía más negra para la tonadillera si finalmente su hijo consigue vender Cantora, ya que de eso depende básicamente su estancia en la finca.
Si la empresa escogida por Kiko finalmente adquiriese su parte, también podría mover fichas para comprar la otra parte, y teniendo en cuenta los problemas económicos de Pantoja, eso podría implicar quedarse en la calle si no abona a tiempo la cantidad correspondiente para poder conservar su casa.