Rocío Flores fue condenada el 4 de marzo de 2013 contra Rocío Carrasco por «un delito de maltrato habitual, un delito de maltrato, una falta continuada de amenazas y una falta continuada de injurias». Su padre, Antonio David Flores, recurrió dicha sentencia, ya que su hija solo tenía 15 años, pero su recurso fue finalmente desestimado. La condena firme les daba dos posibilidades: cumplir 60 horas de servicios en beneficio de la comunidad o estar 6 meses de libertad vigilada. Rocío escogió la segunda opción y ese periodo finalizó el 2 de abril de 2014, con una evaluación positiva para la joven.
Rocío Carrasco quería un programa de mediación pero tanto el padre como su hija lo rechazaron: «A la menor y a su padre les parecía una aberración tal posibilidad, ya que sería asumir cualquier tipo de responsabilidad respecto del hecho denunciado», reza un informe pericial de parte del 10 de mayo de 2012.
El informe que desvela cómo era la vida cotidiana de Rocío Carrasco con su hija
Desde 'Vanitatis' han publicado un artículo muy llamativo sobre un informe posterior del Equipo Técnico de Asesoramiento de la Comunidad del 5 de noviembre de 2012, donde se relatan algunos aspectos de la vida diaria de Rocío Carrasco y Fidel Albiac junto a sus hijos: «El relato de vida diaria que realiza la madre a este equipo técnico es completamente normalizado, con los referentes cotidianos de cualquier familia, ocupada de la educación y evolución de los hijos».
«Fue más sencillo con la madre abordar el día a día de la relación familiar, donde se hablaba de normas, límites, rendimiento escolar... Con el padre, este reconducía la conversación a los trámites judiciales pendientes, a los que ya se han resuelto», se expone en el informe sobre el padre de Rocío Flores.
Las obligaciones de Rocío Flores que no cumplió
En dicho informe, hay párrafos donde se contradice la versión de Rocío Carrasco, afirmando en su día que a sus hijos no se les ponía ningún tipo de reglas por parte de Antonio David. El informe reza que «por las afirmaciones de la madre se infieren que las normas que se imponen por su parte son coherentes y es inflexible a la hora de exigir a sus hijos el cumplimiento, si no se estudia, no se sale, si se suspende en junio, se va al colegio al cursillo de julio...», recoge el documento.
«Se debe hacer la limpieza de la habitación y cuarto de baño, etc. Son los miembros de la familia quienes realizan las labores domésticas, no tienen empleados para ninguna de esas actividades, por lo que los deberes están bien delimitados», viene descrito en el documento de finales de 2012.
«No vamos a centros comerciales o parques temáticos, ni fue a mi bautizo...»
A su vez, según lo publicado se ve a una Rocío Carrasco que desea por todos los medios mantener al margen a sus hijos del foco mediático: «La vida de la madre parece muy mediatizada por la necesidad de esta y su pareja de permanecer fuera de los medios de comunicación y el seguimiento que tiene por parte de esos medios los vive como agresivos, verbaliza que siempre ha querido alejar a sus hijos de ese ambiente, por lo que a ella y a su pareja no les gusta acudir a lugares, fiestas o acontecimientos que puedan ser objeto de cámaras», afirma dicho informe.
El caso es que estas decisiones son obviadas por su hija Rocío, que afirma lo que viene recogido en el citado texto: «Ello es entendido por la menor como maltrato de su madre hacia ella: 'no vamos a centros comerciales o parques temáticos. Incluso no acudió a mi bautizo, comunión, confirmación. Qué madre se pierde eso'. Señalar que esos tres acontecimientos se producen el mismo día, hace aproximadamente un año. En la actualidad, la menor nos refiere que es católica, pero no practicante», concluye el informe sobre Rocío Carrasco y su hija.