A pesar de que la mayoría de las veces que aparece públicamente lo hace acompañada de Enrique Ponce, Ana Soria también disfruta de planes propios.
Ahora, ha aprovechado que el torero está en plena grabación del que será su primer disco musical, para dedicar tiempo a su grupo de amistades y ha hecho una rápida escapada con sus mejores amigas a Bilbao.
De esta forma, la joven ha promovido el turismo nacional, a pesar de la crisis sanitaria que está asolando a España, y ha cogido un vuelo para disfrutar de los preciosos paisajes del norte del país.
Ha sido a la vuelta de su escapada exprés cuando la influencer se ha topado con los periodistas en el aeropuerto de Málaga.
Allí, Ana Soria se ha mostrado muy seria y esquiva e incluso se ha molestado con las preguntas que le hacía la prensa que la aguardaba. La novia de Enrique Ponce ha intentado evitar explicar cómo lleva la convivencia con el torero en su nuevo hogar en Almería y tampoco ha querido responder sobre si sabe algo de la fecha en la que su pareja firmará el divorcio con Paloma Cuevas.
Para lo único para lo que la joven de 22 años ha abierto la boca es para advertir a los periodistas que estaban perdiendo «el tiempo». De esta forma, la influencer se ha mostrado enfadada, huidiza y más seria de lo que es habitual ver en ella. Algo que puede deberse a que el domingo Enrique Ponce y Paloma Cuevas habrían celebrado el 24 aniversario de su boda.
Todos los años, ambos celebraban su paso por el altar por todo lo alto y hasta hace unos meses, eran una de las parejas más estables del panorama español. Sin embargo, este aniversario ha sido muy distinto para los dos y parece que a la joven no le ha sentado muy bien estar lejos del torero en esta fecha tan señalada para él.