Rocío Flores ya puede respirar algo más tranquila tras el final de la docuserie de su madre, Rocío Carrasco, aunque eso no quita que se libre de polémicas.
Hace poco pasaba a estar en boca de todo el mundo tras explotar en pleno directo durante el debate de Supervivientes. La situación terminaba superando por completo a la hija de Antonio David, quien intenta, como ella misma aseguraba, centrarse en su salud mental.
Lo que más preocupa a Rocío ahora mismo es que Olga Moreno gane el concurso, y justo por eso le brinda todo su apoyo. Además, parece que tiene la misión de limpiar su nombre y el de su familia.
Y mientras trata de enfrentarse a todo lo que se le viene encima, tiene la suerte de contar con el cariño y apoyo de Manuel Bedmar, su novio.
El gran apoyo de Rocío Flores en su peor momento
Tras algo más de cinco años juntos, queda claro que ambos están hechos el uno para el otro. De hecho, poco a poco ya van formalizando su relación. Desde hace un año viven juntos en Málaga, donde han instaurado su nidito de amor e incluso han añadido un nuevo miembro a la familia.
Un piso de dos dormitorios en una urbanización con vistas al mar que adquirieron por cerca de 250.000 euros. "Lo único que importa es lo único que permanece", se declaraba Rocío Flores un mes antes de independizarse con él.
La distancia tampoco ha hecho mella en su relación, a pesar de que a la joven le toca viajar todas las semanas por trabajo.
Y es que a la hija de Antonio David no puede irle mejor profesionalmente. Con su puesto de colaboradora en El programa de Ana Rosa y comentarista en Supervivientes, ha conseguido ganarse el favor del público.
De esa forma, en pocos meses se ha convertido en una verdadera estrella de la televisión que ha logrado despuntar a la propia Isa Pantoja.
Manuel ha sido de vital importancia a la hora de ayudar a la nieta de Rocío Jurado a sobrellevar el gran cambio que ha habido en su vida.
De hecho, parece que eso les ha unido todavía más, ya que a pesar de la distancia y del acoso de la prensa, el joven jamás la ha dejado tirada.
Los significativos mensajes que Rocío y Manuel llevan en su piel
Su relación va viento en poco y salta a la vista. Tanto es así, que a Rocío le encanta incluirle en todos sus planes, y Bedmar ya se ha convertido en uno más del equipo de Ana Rosa.
Hace apenas unos días presumían del fiestón que habían organizado para celebrar la llegada del verano. Pero, el motivo iba más allá, y es que una de las reporteras del programa estaba de cumpleaños.
Y es tan buena la relación que Flores mantiene con sus compañeros, que no quiso desaprovechar la oportunidad de presentarles oficialmente a su chico.
Por su parte, al joven malagueño se le ha visto de lo más integrado en la vida de su novia. En poco tiempo ha pasado de ser un personaje desconocido, a posicionarse como uno de los nombres que se barajan en realities como GH Vip.
Estas últimas semanas se ha llegado a especular que el joven podría animarse a dar el salto a televisión, convirtiéndose así en un personaje conocido.
Esa sería una gran prueba de amor para ellos. Pero, visto lo visto, sus planes de futuro son a largo plazo. La propia Rocío confesaba que quería convertirse en madre joven, por lo que puede que dentro de poco nos llevemos una sorpresa.
Y es que no hay mayor prueba de que Manuel es el amor de su vida, que pensar en la maternidad a su lado. "Te escogí a ti, porque me di cuenta de que encontraste mi punto débil y fuiste el único que encontró la forma de calmar este alma indomable", confesaba a sus seguidores.
"Te escogí porque me di cuenta de que valía la pena, valía los riesgos, valía la vida". Y, para remarcarlo, ambos han decidido grabarse en la piel un significativo mensaje.
Ella se ha grabado la palabra 'Vive'. "Es uno de los tatuajes con más significado para mí. Todo pasa por algo", explicaba emocionada en redes sociales.
Mientras que Bedmar ha ido un paso más allá y ha querido tatuarse el nombre de su novia. "Un detalle de amor para toda la vida", compartía.
Pero ese no es el único tatuaje que comparten, ya que ambos tienen grabado el lema: 'Que todo fluya y nada influya'. Uno en el cuello de Manuel y otro en la muñeca de Rocío que componen la frase.