Parece que Rocío Carrasco se aleja cada vez un poco más de sus hijos. Sobre todo, tras sus últimas y lapidarias declaraciones en El Programa de Ana Rosa.
Nuevamente, a Rociíto le tocaba responder a la pregunta del millón: el motivo por el que no se acerca ni siquiera a su hijo David.
"No lo consigo entender… Y más siendo un niño necesitado de afectos", apuntaba Alessandro Lequio.
Sin embargo, ella se negaba tajantemente a responder y hablar sobre el tema. "El tema de mi hijo no lo voy a contar ahora. Ni lo voy a narrar. Es un tema que para mí es dolorosísimo y que cuando se tenga que ver".
Carrasco insistía en que no quiere hablar de nada relacionado con el joven, al menos por el momento.
Eso sí, no dudaba en reconocer sus errores. "A mí me encantaría reescribir mi historia", aseguraba.
"Si la pudiera reescribir, mis hijos hoy por hoy estarían conmigo, porque no hubiera cometido algunos errores que cometí".
"Por ejemplo, el error de darle la custodia compartida a un psicópata. No quería causar daño a dos niños pequeños", se excusaba.
"Hoy por hoy la cosa sería diferente, pero desgraciadamente ya no puedo", lamentaba.
David Flores Carrasco y Rocío, principales afectados en medio del drama familiar
Además, tomaba la drástica decisión de dejar de lado a su hija, Rocío Flores, y el doloroso recuerdo del violento incidente de 2012 que las separaba.
"Lo que conté sobre ese episodio fue lo imprescindible para que la historia que yo estaba viviendo se entendiera. La conté con todo el dolor de mi corazón pero estaba hundida. Si no cuento eso no se podía entender nada", explicaba.
"Lo único que genera es dolor, en ella y en mí", sostenía con seguridad. "Vamos a centrarnos en la otra parte de mi vida, es la que necesito seguir contando para seguir adelante".
Aunque, eso sí, insistía en que no se encuentra "capacitada ni emocional ni médicamente para dar los pasos que se le piden en este momento"."Las circunstancias no son las más adecuadas en este momento", agregaba. Sin embargo, mantiene la esperanza de que "algún día se pongan las cosas en su sitio y cada uno sea consecuente".
Lamentablemente, su hija Rocío ha cerrado cualquier puerta a esa posible reconciliación. Y se mostraba de lo más tajante, casi al borde de las lágrimas, sobre las palabras de su madre.
"No cambian las cosas", eran sus primeras palabras. "No me esperaba algo distinto. Me hubiese gustado que me dejase de lado desde el minuto cero que se planteó hacer ese documental", sentenciaba.
La joven dejaba claro que ve muy poco probable una reconciliación. "Lo tengo presente desde hace muchos años. Y más con el documental y ahora otra vez con lo mismo", reconocía devastada.
"Si de esta manera se da el paso de que se deje de lo que sea respecto a mí... Esa sería la parte positiva. Dejarme un poco respirar, esa sería la parte positiva", pedía desesperada.
"Estoy cansada de llorar ya. Me veo sometida a una presión que es mucha. Ya he tocado fondo. Respeto lo que cada persona haga, pero me gustaría que se me respetara a mí. No puedo decir mucho más. He venido aquí a dar la cara y lo voy a hacer".
"No quiero ni entrar, lo respeto. Tengo que pensar en mí, en mi salud sobre todo". "Principalmente sufro por mí, pero tengo dos hermanos y me duelen los dos. Me duelen muchas cosas también por ellos", concluía.