David Flores Carrasco y todo el país prácticamente están conmocionados con las declaraciones de Rocío Carrasco en los nuevos episodios de su serie. Anoche fue cuando se emitieron dos nuevas entregas de esa producción documental y volvieron a dejarnos estupefactos.
La mujer continuó dando detalles, y aportando documentos, sobre el infierno que vivió al lado de su ex (Antonio David Flores) y padre de sus hijos. En concreto, sobre el sufrimiento que padeció durante su segundo embarazo.
El sufrimiento de Rocío Carrasco
Anoche, la hija de Rocío Jurado realizó un repaso por algunos de los momentos más importantes de su vida. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a su boda y a sus dos embarazos.
Momentos esos que estuvieron llenos de felicidad por muchos motivos, pero que también se vieron empañados por episodios muy duros. Nos estamos refiriendo tanto a la traición de su tío (Amador Mohedano) en su luna de miel como a una situación violenta. Situación en la que, según ella, su entonces marido le sacó medio cuerpo fuera de la ventana.
El segundo embarazo
No obstante, seguramente uno de los instantes de la serie documental que más impactó causó a David Flores Carrasco anoche fue el de su embarazo. Y es que cuando su madre estaba llevando adelante su gestación descubrió que Antonio David le era infiel.
En concreto, ha explicado un episodio que sucedió en un verano en Chipiona. Y es que ella vio como, en el local nocturno al que acudían, su marido tonteaba más de la cuenta con una camarera llamada Sonsoles: «Empiezo a ver demasiado brazo por encima, demasiado toqueteo de la cara, demasiada complicidad...Demasiados detalles que no eran los esperables con una persona que tú acabas de conocer».
Ante esa situación, Rocío contó que lo habló con su esposo y este le contestó de malas formas: «Su respuesta fue que yo estaba loca, que el embarazo me estaba afectando a la cabeza, que yo veía cosas donde no las había, que las hormonas me estaban sentando muy mal».
Rocío pilla a Antonio David siéndole infiel
En ese punto, explicó que una noche en ese local, él fue a pedir una copa. Tardaba y ella decidió ir a buscarle: «Me lo encontré comiéndose la boca con la tía detrás de la barra. Él me ve. Entonces, yo salgo corriendo del bar y salgo llorando porque me da un ataque».
A eso añadió: «Empiezo a llorar y me empieza a doler mucho la barriga, empiezo a tener pinchazos en la barriga como si fueran contracciones. Entonces yo solo sabía decir 'Me quiero ir. Vámonos'. Él se viene detrás de mí y me vuelve a decir: 'Tú estás loca. Tú no estás bien de la cabeza. A ti el embarazo te está afectando la cabeza'».
Ante esas palabras, Carrasco reconoció que «yo empiezo a hiperventilar, a tener un ataque de pánico». Entre lágrimas confesó: «Yo ahí estaba embarazada de su hijo. A mí ese ataque de pánico no me entra porque mi marido me esté poniendo los cuernos, a mí no me entra como mujer. A mí me entra como madre porque yo estaba embarazada de él y él estaba usando ese embarazo para decirme que estaba loca y que lo que estaba viendo no era real».
En esa circunstancia, ella le pidió entre lágrimas que la llevara a casa. Sin embargo, la respuesta de Antonio David fue: «Yo no te llevo, te vas andando. Yo me quedó aquí con esta».
La decisión de Rocío Carrasco
Tras la negativa de su marido de llevarla a casa, Rocío Carrasco se fue andando a las seis de la mañana sola y embarazada hasta su vivienda. Es más, llorando porque como reconoció: «No podía dejar de ver lo que había visto y tenía en mi cabeza el 'Estás loca'».
Tanto es así, que expuso que «solo quería meterme debajo de un edredón y llorar. Yo no iba a llamar nadie para decírselo. Ni iba a llamar a mi madre ni iba a llamar a mi tía Gloria que estaba viviendo allí...Y él contaba también con eso».
No obstante, a pesar de lo que en ese momento estaba sufriendo, ella tomó una determinación crucial estando embarazada de su segundo hijo. Así, contó que «decido en ese momento que me separo. Yo no sabía cuándo ni cómo, pero sabía que eso se había terminado».
De la misma manera, narró que durante ese verano lo pasó mal por sufrir contracciones, dolores en la cabeza e incluso ataques de ansiedad. Es más, descubrió que la infidelidad de su marido «la sabía todo el pueblo menos yo (...) Lo sabían mis primos, mi prima (Chayo), que era amiga de Sonsoles...». Eso sin olvidar que añadió que muchas noches, en las que ella se quedaba en casa, gente le gritaba por el balcón: «Rociito eres una cierva embarazada».
Asimismo, muy firme expuso: «Si eso me llega a pillar sin estar embarazada, ese no vuelve a entrar por la puerta de mi casa. No era que hubiera herido mi orgullo de mujer porque me han puesto los cuernos. Era que yo estaba esperando un hijo suyo. Me estaba faltando al respeto como mujer y como madre y para mí era lo más importante que podía haber en el mundo. Yo no entendía cómo podía hacerle eso una persona a otra».