El pasado jueves 13 de noviembre, Alberto Chicote fue el invitado de 'El Hormiguero'. El cocinero asistió al plató de Antena 3 para presentar la tercera temporada de '¿Te lo vas a comer?' que empezará a emitirse la próxima semana en La Sexta.
El chef le explicó a Pablo Motos que esta nueva entrega de su programa será mucho más cañera que las anteriores y aunque trataran muchos tipos de restaurantes, el plato fuerte serán establecimientos de comida china a domicilio.
«Dentro de la comida a domicilio, igual ahora un poco menos que ha cambiado con la pandemia, la china era la que más se pedía en casa», señaló el invitado.
«Aquello era como 'La matanza de Texas', terrible. Dan unas direcciones que no existen y cuando llegas a una que sí que corresponde y es, cómo te diría, de 0 a 10, con diez como máximo de mierda, le pongo un 10,5», explicó tras ver un vídeo donde se le ve visitando un lugar casi clandestino de este tipo de comida.
Por lo tanto, según Chicote, «la única manera de confiar» en estos restaurantes es creer «que la gente que está vigilando para que se cumplan las normas lo haga».
«En ese sitio hay una secuencia en el que ves el recorrido de unos cacharros infectos y que terminan en los tuppers inmaculados que te llegan a tu casa. Aquello en particular está poco vigilado. Tuvimos la ocasión de acompañar a la policía municipal en una visita que ellos hacen. El sitio quedó precintado».
Además, este no será el único fraude que trate el programa. Desde '¿Te lo vas a comer?' también mostrarán el engaño del reetiquetado.
«Partamos de que tenemos la mayor superficie de huerta de Europa, Almería, que nutre a muchísimos países, no solo España, con un índice de calidad altísimo. Hay gente que se dedica a importar productos de otros países para envasarlo como si fueran productos de Almería. Esa etiqueta es muy buena para cometer un fraude; se están cargando la marca».
«Ahora está terriblemente mal y mucho peor que se va a poner»
Asimismo, el cocinero quiso destacar la terrible situación que están atravesando las personas que trabajan en el sector de la hostelería.
«Ahora está terriblemente mal y mucho peor que se va a poner el tema. Ante el cierre obligado todo el mundo tenía ganas de trabajar, pero ha habido mucha gente que a la hora de echar las cuentas se ha dado cuenta de que no cuadra. No es posible reinventarse. Estamos con una capacidad de trabajo limitada y con unos costes que son los de antes, es imposible».
Para Chicote, «todo empezó mal cuando los aforos se limitaron de forma porcentual. Hay negocios que ya tenían una distancia de seguridad entre sus mesas, a lo mejor podrían tener un 80%. Esto se hace porque hay un desconocimiento enorme del sector y de lo que hay. Si facturo el 50% no significa que vaya a tener un personal al 50%, necesito un cocinero independientemente de si viene un cliente o 50».
De esta forma, el cocinero ha señalado que todas las personas de este sector están haciendo las mismas cuentas: «cuánto me cuesta el negocio abierto y cuánto me cuesta cerrado. Tienes que decidir lo que te lleve más lejos, porque todo el mundo tiene la misma sensación, cuanto más lejos llegues, más posibilidades tienes de sobrevivir».
Ante esto, no han dudado en intentar reinventarse y buscar la forma de seguir manteniendo el negocio abierto. Sin embargo, hay algunos que no han podido hacerlo y están intentando sobrevivir como sea, incluso apelando a la economía sumergida.
«No tengo los datos para poderlo saber. Es evidente que la gente defiende su negocio tal y como pueda. Siempre que hablamos de las pequeñas y medianas empresas, lo hacemos de gente que tiene compañías sin grandes ahorros, con una revitalización casi mensual».
«En otras crisis las grandes empresas soportaron mejor los problemas. Está ocurriendo lo contrario. Las pequeñas empresas tienen más controlados los gastos».
El reproche de Chicote
Hablando sobre la situación epidemiológica actual, Chicote no pudo evitar ir un paso más allá y mostrar su enfado ante la acción del Gobierno de atribuir la responsabilidad de los contagios al sector hostelero.
«Hay miles de trabajos que dependen de la hostelería y se nos ningunea, no solo eso, sino que además se nos criminaliza, somos los causantes de los contagios, cuando en un restaurante, precisamente, los contactos están mucho más vigilados que en otros sitios».
«Un restaurante no te pone una mesa de más de seis personas, no como en casa. La gente de la hostelería ha sido un ejemplo en todo esto».