First Dates no deja de ser noticia por la singularidad de quienes acuden al programa para encontrar el amor o por sus supuestas mentiras. Y en las últimas horas lo es porque Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha salido a relucir en él.
Lo ha hecho cuando uno de los hombres que ha ido a encontrar a su media naranja, César, ha hablado de ella. Al parecer, esta política del PP es su prototipo.
César confiesa en First Dates que le encanta Isabel Díaz Ayuso
César, de 42 años, es un limpiador de Madrid que se presentó como alguien que “a veces, me siento solo, amorosa y socialmente hablando”. Asimismo, se definió como “una persona cariñosa, tierno, tímido y un poco reservado. Fui afortunado en el amor durante un buen tiempo hasta que se acabó”.
En este momento, Lidia Torrent le preguntó si tenía un prototipo de mujer. Y él no se lo pensó dos veces para responder: “Me gusta una mujer tipo Isabel Díaz Ayuso. Me gusta de ese estilo, carita bonita, morena, ojos oscuros”.
Sin quererlo, la presidenta madrileña se hizo protagonista del programa de Cuatro. Eso sí, no sabemos si cumple el resto de peticiones que él hizo sobre su pareja ideal. Expuso que buscaba a una mujer “que le guste el arte, que tenga un tema de conversación y que no sea superficial”.
Tras mencionar a Ayuso, llegó la cena en First Dates
Después de dar a conocer qué buscaba, el varón se encontró con la mujer que iba a cenar. Esta, una madrileña de 38 años llamada Alba, físicamente no tenía nada que ver con la política citada. Pero esto no fue un obstáculo, porque lo cierto es que el feeling entre los dos fue prácticamente instantáneo.
Nada más verlo, ella expuso sobre su cita: “Me ha parecido agradable a la vista, sinceramente. Me ha resultado atractivo”.
Él, por su parte, dijo de ella: “Es morena, con el pelo negro y muy guapa. Me gusta, la verdad”.
Si la primera impresión fue buena, no lo fue menos la velada para los dos. Se mostraron cómplices, compartían cosas en común y hablaron de un sinfín de temas. De esta manera, dejaron claro que lo suyo podía ir a buen puerto.
A Alba le gustó oír decir a aquel que “me encanta cocinar”. Con esto logró conquistarla un poquito más, tanto es así que, entre risas, le confesó: “Eso es un puntazo a su favor”.
Pero ahí no quedó todo. La joven se llevó una grata sorpresa al saber que aquel había trabajado como payaso e incluso monologuista. Bajo su punto de vista esto dejaba claro que “tiene sentido del humor y la vida sin humor es un poco aburrida”.
Ella comenzó a lanzarse en la cena sin remedio. No solo le contó que había vivido muchos años en Málaga sino que le dijo: “Allí me quiero ir a vivir con el tiempo. Bueno, nos iremos si tú te quieres venir”.
Un comentario ante el que obtuvo una respuesta que mostraba que todo fluía: “A mí me encanta. Es un destino maravilloso”. A esto añadió: “Me gusta de Alba que tiene ganas de vivir, de ir para adelante”.
El arte, la familia, la poesía o el romanticismo fueron otras cuestiones de las que hablaron y que demostraron que había entendimiento entre ellos. Y así llegaron al momento más esperado: la decisión de si querían seguir conociéndose.
Lo cierto es que no tuvieron dudas de que iban a darse una segunda oportunidad. Él lo dejó de manifiesto diciendo: “Me gustaría una nueva cita porque creo que tenemos que conocernos un poco más”. Ella opinó igual: “Me ha parecido un chico encantador y me gustaría seguir conociéndolo”.