Ana Rosa Quintana empezada 'El Programa de Ana Rosa' visiblemente molesta y enfadada. Desde que dio comienzo el estado de alarma, la presentadora de Telecinco no se ha cortado a la hora de expresar su opinión sobre las decisiones que se han ido tomando desde el gobierno de Pedro Sánchez.
Pero los días pasan y la crisis sanitaria todavía sobrevuela nuestro país situando a Madrid como el foco de la pandemia. Esa es la razón por la que la comunidad todavía continua en la Fase Cero a pesar del empeño de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, de pasar a un nuevo nivel cuanto antes.
La impaciencia también se ha apoderado de Ana Rosa que confesaba en directo la sensación que le produce el estado de alarma mientras daba cobertura a las manifestaciones que se han ido produciendo en contra del Gobierno: «Unas protestas que ponen de manifiesto el cansancio de la población ante la merma de libertades que supone prorrogar un mes más el estado de alarma. Además de la falta de explicaciones, a esto se suma el final de los aplausos a los sanitarios, la falta de transparencia en las fases y se ha conseguido que los españoles pasen del aplauso al abucheo y a la cacerolada» decía la periodista.
Ana Rosa sigue sin entender las razones por las cuales Madrid no cambia de fase y como consecuencia no se puede ir a visitar a los familiares, algo que le toca muy de cerca: «Yo siento que mi libertad está coartada porque no puedo ir a ver a mi hijo» confesaba la presentadora que lleva dos meses sin poder ver a su hijo mayor. Así mismo tampoco ha podido abrazar y consolar a Alessandro Lequio, gran amigo suyo, después de que este perdiera a su hijo Álex hace una semana.
Fue precisamente por uno de sus hijos por los que Ana Rosatuvo que justificar su viaje a Londres antes del estado de alarma pero cuando el virus ya circulaba por nuestro país: «Yo viajé diez días antes de que se decretara el estado de alarma a Londres porque yo ya estaba alarmada y, de hecho, fui a buscar a mi hijo que estaba allí estudiando en un colegio» explicaba en aquel momento.