Si habéis ido al quiosco el miércoles, en busca del semanal Sorpresa, y os ha extrañado no encontrarlo, os cuento el por qué.
No ha sido culpa del quiosquero que se haya olvidado de pedir los ejemplares, no.
La culpa de este batacazo la tiene el grupo RBA.
RBA, el grupo editorial, ha comprado la revista Sorpresa, y ya sea por la pérdida de adeptos de la revista, que en los dos últimos años, ha diezmado en casi la mitad de la tirada o por que el cinismo del mundo rosa no va con los principios de RBA, el caso es que ya no veremos más esta revista de cotilleo en los puestos.
Han comprado la revista y parado la última tirada despidiendo a los doce trabajadores que hacían posible este semanal.
La verdad es que por mi parte me alegro de que el mundo del corazón vaya perdiendo fieles, que en los quioscos hay más prensa rosa que periódicos importantes.