Enmedio de una de las peores pandemias que se recuerdan, una pareja de inmigrantes turcos en Alemania dieron con la solución. Ugur Sahin y Özlem Türeci encabezaron el desarrollo de la vacuna de Pfizer y BioNTech, la primera que se ha administrado a gran escala y que será clave para la inmunización de la mayoría de la población.
Y ahí está la clave, en la inmunización. Porque desde el principio los científicos tenían claro que el fin de la pandemia llegaría cuando al menos el 70% de la población estuviese inmunizada. Puesto que la inmunidad natural avanza muy lentamente, la gran esperanza es la inmunización artificial, por medio de las vacunas.
El catedrático de oncología Ugur Sahin, director ejecutivo de BioNTech y creador de la vacuna de Pfizer, cree que el coronavirus no se irá nunca, pero tiene una buena noticia: «A más tardar en verano, volveremos a tener una vida similar a la de antes de la pandemia».
Lo dijo durante una conferencia virtual organizada por la Universidad Goethe en Frankfurt, y sus palabras han causado una gran sorpresa ya que en las últimas semanas impera el pesimismo entre los expertos. La lentitud de las vacunaciones y la aparición de nuevas cepas lleva a los científicos a retrasar las expectativas de una vuelta a la normalidad.
Pero el creador de la vacuna contra el Covid-19 ha explicado que, aunque el coronavirus no va a desaparecer, vamos a poder controlarlo, y «si todo va bien, en Europa lo lograremos en septiembre, pero reduciremos la mortalidad a partir de marzo y abril».
Brotes más pequeños tras la normalidad
La previsión de Sahin es que una vez conseguida la inmunidad de rebaño va a seguir habiendo brotes porque no todo el mundo estará vacunado, «pero por lo general serán más pequeños». Esto lleva a un escenario asumido ya por casi todos los expertos, y es que «tendremos que vivir con eso» y convivir con el coronavirus durante años, quizá para siempre. Aun así, Sahin es optimista y cree que «volveremos a nuestra vida normal antes del verano».
La clave es la llegada de nuevas vacunas que permitan acelerar el ritmo de inmunización, y por eso Sahin se muestra feliz: «Lo importante es que todas las vacunas estén disponibles y que trabajemos todos en esto juntos para que lleguen también a los países económicamente débiles». Aun así, siguen abiertas algunas dudas sobre las vacunas.
«Necesitamos ver cuánto tiempo durará la inmunidad después de la vacunación. La inmunidad disminuirá, el virus cambiará, por lo que en algún momento nos daremos cuenta de que necesitamos una nueva vacuna», ha explicado. Por eso no descarta que tengamos que vacunarnos todos los años como contra la gripe, pero «todavía tenemos que verlo».
La incógnita de las nuevas variantes
Otra de las preocupaciones inminentes tiene que ver con la eficacia de las vacunas ante las nuevas variantes. Si las nuevas cepas más contagiosas de coronavirus consiguen escapar a los anticuerpos que generan las vacunas, el fin de la pandemia se retrasaría.
Ugur Sahin ha asegurado que «el nivel de protección contra la variante británica es el mismo, mientras que es ligeramente menos en el caso de las variantes sudafricana y brasileña». Sin embargo, cree que no es algo de lo que debamos preocuparnos, porque «los anticuerpos son solo un nivel de protección y también hay otros niveles».
El científico ha confirmado que están estudiando cómo una determinada cepa puede cambiar, y llevan a cabo un estudio clínico con una o dos variantes y ver con qué frecuencia ocurren estos cambios. Esto será clave, a corto y medio plazo, para resolver uno de los grandes enigmas de las vacunas y las nuevas variantes.