Rusia ha vuelto a dar este miércoles un ultimátum a los guarecidos en la planta metalúrgica de Azovstal en Mariúpol. Ninguno de los allí ocultos quiso hacerlo en las dos horas dadas por Moscú el día anterior. Las tropas ucranianas no se fían y piden ayuda desesperada porque la situación es insostenible en la zona.
Una ofensiva que no termina
Han pasado más de 50 días desde que comenzó la guerra. Desde entonces muchos ucranianos han logrado salir del país y ponerse a salvo. Otros, sin embargo, no han querido abandonar sus casas o simplemente no han podido hacerlo por diferentes motivos.
Rusia quiere hacerse con todo el territorio ucraniano y no piensa rendirse ante nadie. Por eso el empeño de Putin en hacerse con la ciudad sureña de Mariúpol. En una planta metalúrgica de la zona resiste el último grupo de soldados ucranianos, que pide desesperadamente ayuda.
"Este es nuestro llamamiento al mundo, puede ser nuestro último llamamiento. Puede que sólo nos queden unos días u horas. La agrupación enemiga es decenas de veces más grande que nosotros, tienen dominio en el aire, en la artillería, en los grupos que operan en tierra, equipos y tanques", han denunciado.
Este miércoles, el jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, Mijail Mizintsev, ha ofrecido a las fuerzas ucranianas deponer las armas. También que se retiraran de Azovstal para evacuar civiles de la zona, asegurando que la medida estaba guiada "por principios puramente humanos".
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Mizintsev ha subrayado que Moscú "ofrece nuevamente a los militantes batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros a partir de las 14.00 horas el cese de las hostilidades y deponer las armas", según la agencia TASS.
A pesar de todo, los ucranianos no se lo creen. Y es que no sería la primera vez que los enemigos les ocultan la verdad para salirse con la suya.
¿Por qué se refugian en Azovstal?
Azovstal es una siderurgia y metalurgia que se estableció en Mariúpol en 10935. Allí comenzó su producción de acero con la puesta en marcha del primer horno basculante en la URSS.
Durante la Segunda Guerra Mundial se vio obligada a detener sus operaciones. No obstante, tras la liberación de la ciudad de la Alemania nazi se reconstruyó la planta que hoy sirve de refugio a civiles y militares ucranianos.
Desde el comienzo de la guerra, Azovstal ha sido un objetivo prioritario para Putin. De hecho, en marzo ya comenzaron los bombardeos en esta zona industrial de Mariúpol.
El sótano de esta fábrica de acero se ha convertido en el refugio de un millar de personas que han sufrido grandes bombardeos rusos. Quieren salir de allí sanos y salvos cuanto antes, pero no se fían.
El vicealcalde de esta ciudad ucraniana, Sergei Orlov, ha alertado este miércoles de que hay "muchos" civiles refugiados en la acería. También ha negado que sea posible que abandonen el edificio, a pesar de las reclamaciones de Rusia para que evacuen el lugar a través de corredores humanitarios.
"Principalmente son ciudadanos de edificios cercanos destruidos y muchos trabajadores de plantas metalúrgicas", ha señalado Orlov a la BBC.
En este sentido, ha manifestado que "saben que las acerías tienen buenos refugios antibomba y algunos acumularon agua y comida en ese lugar". "Por eso decidieron vivir allí con sus familias", ha subrayado, denunciando también la situación en la que se encuentran por culpa de los rusos.
"Carecen de agua, comida, medicinas y ayuda. Rusia bloquea absolutamente todo, cualquier ayuda humanitaria o evacuación", ha manifestado Orlov.
Por el momento habrá que esperar a ver qué ocurre. Y es que entre los corredores humanitarios parece que no se encuentra la acería a pesar de las palabras de los de Putin.