El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia ante los medios tras la Conferencia multisectorial en Madrid, 27 de agosto de 2020

Las 2 prohibiciones que Sanidad quiere mantener en toda España durante semanas

Salvador Illa quiere mantener las limitaciones de aforo y movilidad hasta después del puente de la Constitución

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia ante los medios tras la Conferencia multisectorial en Madrid, 27 de agosto de 2020
Salvador Illa quiere mantener las limitaciones de aforo y movilidad hasta después del puente de la Constitución| Europa Press

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene un objetivo en mente y no es otro que controlar los movimientos de cara al próximo puente de diciembre, uno de los que genera más desplazamientos en toda España. Son cuatro días de puente en los que Sanidad ya trabaja para evitar un movimiento masivo de población que pueda desencadenar otra gran ola de contagios de Covid-19.

Sobre las medidas que analiza el ministerio de Sanidad, están la reducción de la movilidad nocturna, las limitaciones del derecho de reunión y de aforos o los cierres perimetrales, apuntan diversas fuentes de varias consejerías de Sanidad, en total contacto con el Gobierno. Además, otro aspecto importante es seguir manteniendo la concienciación ciudadana, clave a la hora de frenar los contagios de Covid-19.

Salvador Illa ve vital «mantener la tensión» porque la situación actual en España, aunque parece «estabilizada a la baja, es muy frágil». El ministro de Sanidad no se fía y considera importante «mantener la guardia durante meses». Incluso hay que estar en alerta aunque lleguen las primeras vacunas y se vaya inmunizando a la población. Este punto de vista lo reflejó Illa en el consejo interterritorial del pasado miércoles y dicha visión de la situación es compartida por la mayoría de las autonomías, sabedores de los terribles consecuencias que conllevaría una tercera ola.

Fernando Simón reconoce que la situación es «muy preocupante»

Fernando Simón comparte totalmente el análisis de Salvador Illa. El director del CCAES está intranquilo por la posible despreocupación de una parte de la población ante la llegada de las vacunas en 2021. En la rueda de prensa de ayer, Simón admitió que la situación es «muy preocupante» a pesar de que se está estabilizando en los últimos días.

España ya se encuentra por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes, una incidencia que alarma al Gobierno. A pesar de los centenares de fallecidos registrados últimamente, esperan que las medidas impuestas por las comunidades tengan efecto en los nuevos contagios y en las hospitalizaciones. Sanidad notificó el jueves 12 de noviembre 356 muertes y 19.511 nuevos casos de coronavirus.

«De las 19 autonomías, 13 o 14 están en situación de estabilización o descenso. En algunas todavía es muy prematuro para valorarlo como un descenso claro, pero los datos indican esa dirección. Tenemos que seguir manteniendo la tensión y las medidas de control en todo el territorio», remarcó.

Preocupa la IA de Burgos, que podría llegar a 1.800 casos por 100.000 habitantes

Desde el ministerio de Sanidad preocupa de manera especial la situación en Castilla y León, y más concretamente en la ciudad de Burgos, con una incidencia acumulada que podría llegar muy pronto a más de 1.200 casos de Covid por 100.000 habitantes si continúan creciendo los próximos días.

Con este negro panorama sobre la mesa, la Junta de Castilla y León anunció ayer nuevas restricciones de aforos en Burgos capital, con reuniones limitadas a tan solo tres personas y rastreos generales. Además, se ruega a la población que se autoconfine para poder frenar el incremento de contagios, que podría superar en los próximos días una incidencia acumulada de 1.800 casos por 100.000 habitantes.

«Se valorarán todas las posibilidades para reducir el contacto social y los contagios», ha señalado Francisco Igea, vicepresidente de la Junta. Desde el gobierno regional se pide la reducción de la actividad para atajar las cadenas de contagio. «La evolución de la ciudad no va a ser buena» y la elasticidad del personal del HUBU tiene sus límites, afirmaba Igea.