Por fin se cierra una de los últimos debates entre el ministerio de Sanidad y el gobierno de Madrid. Tras semanas de petición por parte del ejecutivo liderado por Isabel Díaz Ayuso, el Gobierno habría accedido a que se puedan realizar test de antígenos en las farmacias madrileñas, después de semanas en que el tema provocó nuevas tensiones entre los dos gobiernos.
Ha sido el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado el que ha confirmado la noticia. «Han aceptado nuestra propuesta de incorporar la red de farmacias a la estrategia de diagnóstico precoz de la Comunidad de Madrid», aseguraba tras reunirse con la secretaría de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, y la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas.
Eso sí, habrá un matiz para que las farmacias puedan realizar estas pruebas. Como adelantaban fuentes de la consejería de Sanidad madrileña, el ministerio solo es favorable a la «realización de estas pruebas en el ámbito de cribados poblacionales en zonas de alta incidencia».
Además, estas fuentes confirmaban que Sanidad todavía quiere una aclaración por escrito de algunos de los detalles y que se espera que haya una reunión técnica en los próximos días. En ella deberían poder «avanzar en el protocolo para la realización de estas pruebas en farmacias en zonas con alta incidencia».
Aunque el ejecutivo madrileño acoge como una victoria la decisión del ministerio, pese a que no se contempla todo lo que habían solicitado. Y es que en principio la voluntad de la Comunidad de Madrid era que los ciudadanos que tuvieran interés en someterse a un test de antígenos lo pudieran hacer libremente en las farmacias, sin necesidad de participar en un cribado masivo.
En que consistía el plan concreto que proponían desde Madrid
Para llegar a este punto, el Gobierno de la CAM presentó una propuesta concreta a Sanidad, tal y como había solicitado el ministro Salvador Illa hace semanas tras la petición recibida en uno de los Consejos Interterritoriales de Salud. En ella se concretaba que Madrid cuenta con una red de más de 2.800 farmacias para poder realizar estas pruebas de antígenos.
Lo que recogía el plan es que la realización de las pruebas tendrá carácter voluntario. Se espera que al menos unas 500 farmacias se sumen a la iniciativa de la Comunidad. Eso sí, se exige que tengan una zona específica para la realización de las pruebas, que debe poder ser ventilada y será desinfectada tras cada test. Se pide también que haya así una zona específica para la entrega de documentación a las personas que se han sometido al test.
Los test estarían destinados a personas sin síntomas y serían hechos por los farmacéuticos acreditados por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Estos deberían obtener la acreditación tras superar un curso de actualización de conocimientos en coordinación con la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC). Esta formación tendrá que ser realizada de manera online.
Además se quería establecer dos opciones para poder realizar las pruebas, según el tipo de municipio y la infraestructura de la propia farmacia. Por un lado, una podrían optar por hacerlas durante su horario de apertura, pero garantizando un circuito de acceso a la zona donde se realicen. Si no, lo tendrían que hacer en un horario concreto tras el cierre del establecimiento y también en una zona concreta.
Todos los resultados que dieran positivo se tendrán que comunicar de manera inmediata a la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. Será a través de un sistema centralizado de registro que quedará integrado en los sistemas de información de la Consejería de Sanidad.