«La única solución es poder tener la vacuna, y por eso me presenté como voluntario». Eso es lo que llevó a Joan Pons, enfermero español residente en el Reino Unido, a aceptar formar parte de uno de los ensayos que testan la vacuna contra el Coronavirus en seres humanos, algo que según su testimonio puede llegar a ser muy peligroso.
Y es que el español que ha probado la vacuna del Coronavirus ha decidido contarle su experiencia a Risto Mejide en una entrevista en su programa «Todo es mentira», en Cuatro, y las declaraciones no tienen desperdicio ya que, aunque el enfermero se encuentra bien, reconoció la advertencia que le hicieron los médicos antes de empezar el ensayo.
«Me dijeron que podría morir», dice Joan Pons, y añade: «Casi me levanto y me voy, pero bueno, de momento todo bien». Él es sólo uno de los miles de personas en todo el mundo que estos días están sirviendo de conejillos de indias a las farmacéuticas que trabajan en encontrar y desarrollar una vacuna contra el Covid-19.
Los expertos aseguran que nunca antes tantas empresas, con tantos científicos, en tan poco tiempo, se habían puesto manos a la obra para encontrar un remedio, pero dar con la vacuna no es fácil y, además, tiene que contar con dos requisitos fundamentales: la eficacia y la seguridad.
Por eso dentro de las fases del protocolo para conseguir la vacuna se encuentra el testeo en seres humanos, para garantizar que el producto es seguro y no tiene efectos secundarios. Joan Pons es uno de los que ha accedido a participar en las pruebas, y asegura que «los efectos secundarios son los que tiene cualquier vacuna: fiebre, dolor en el brazo...».
Ya ha vuelto a su trabajo
Pero ante todo, quiere remarcar que «me encuentro vivito y coleando» y que «no he tenido ningún problema», y, además, cuenta el motivo por el cual decidió formar parte del estudio: «Estoy hasta la coronilla del Coronavirus, no quiero que esto continúe, el 2021 tiene que ser mucho mejor que el 2020».
Tan bien se encuentra este enfermero que ya ha podido volver a su trabajo en la UCI. Según cuenta, «he estado al pie del cañón este fin de semana. Cada semana me hago unas pruebas en boca y nariz, y en un mes me harán unas pruebas de sangre. Si en estos controles semanales doy positivo, me harían muchas pruebas más».
Por ahora nadie se atreve a dar unos plazos sobre cuándo estará la vacuna, aunque los más optimistas creen que podría estar lista a finales de este año. Por lo demás, las autoridades sanitarias siguen manteniendo que hasta que no haya un remedio eficaz y seguro no se podrá decir que hemos derrotado al Coronavirus.