Desde hace meses, concretamente desde que son los gobiernos autonómicos los encargados de plantear las principales restricciones para controlar la pandemia, Madrid se ha convertido en el centro de los ataques del resto de las comunidades. Se ha criticado con fuerza la estrategia contra el virus del gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso, calificando sus medidas de 'laxas'. También se la ha recriminado que sea prácticamente la única comunidad que ha puesto pegas siempre que se ha decidido cerrar perimetralmente en los puentes, la Navidad o ahora en Semana Santa.
Y la realidad es que el descontento que hay entre otros presidentes autonómicos con su homóloga madrileña es claro. Y si no que se lo pregunten al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que este martes era cazado por un micro abierto hablando sobre los datos de la pandemia en la comunidad de Madrid.
El presidente cántabro estaba en un acto oficial en Reinosa, presentando nuevo material y vestuario a la Agrupación de Protección Civil, y ha sido en el corrillo posterior, donde estaba con algún invitado y los consejeros, cuando valoraba así lo que puede pasar en Madrid tras la Semana Santa: «Va a ser una bomba dentro de quince o veinte días». Antes ya había dicho que «a los doce de Semana Santa, tendremos un pico. Sobre todo Madrid», refiriéndose al número de contagios tras este periodo vacacional.
Uno de sus interlocutores explicaba su experiencia para poner un ejemplo de lo que pasa en la capital. «Yo fui a cenar el sábado a la calle Ponzano y parecía una manifestación eso. Y la mitad no llevaban mascarillas». Y Revilla insistía en que el gobierno madrileño no toma «ninguna» medida. «Ni tercio ni nada», opinaba sobre el aforo en bares y restaurantes y añadía que «los interiores están llenos, abarrotados». Se mostraba también muy crítico con la permisividad por no llevar mascarillas, pero denunciaba que «el problema no son ellos», sino que recuerda que «son los contagiados por ellos, los abuelos... Ese es el problema».
En el corrillo también salía a relucir la alta tasa de mortalidad por coronavirus que ha habido en la comunidad de Madrid. El propio Revilla afirma: «Los muertos no hablan, pero estadísticamente tú mira el índice de fallecimientos en Madrid y me dices». «Claro, más del doble que aquí», le contestaba otra persona y él lo reafirmaba: «Más del doble».
No tiene dudas de que va a haber una cuarta ola
Ya de manera oficial, el presidente de Cantabria mostraba su preocupación por el posible incremento de contagios en su comunidad tras las vacaciones de Semana Santa. Pese a que las cifras actuales son positivas, ayer registraban 17 contagios y la incidencia bajaba de 102 a 97, hacía un llamamiento a la prudencia y comentaba que no le temblaría la mano para endurecer las medidas. «De momento estamos holgadamente en el nivel 2 del protocolo y luego, si esto empeora y pasamos al 3, hay que tomar otra vez medidas restrictivas», señalaba.
Explicaba su temor al efecto que pueda tener la cepa británica pero también a que no se respeten las restricciones de movilidad. «Me temo que con la movilidad y las comunidades autónomas donde hay muy pocas restricciones, como Madrid, lo digo claramente, tengamos una cuarta ola pasada la Semana Santa. Diez o doce días después vamos a tener una cuarta ola».
Y solo ve una posible solución para evitar que esta cuarta ola que sea tan potente como las anteriores. Todo pasaría por incrementar el ritmo de vacunación, pero para eso tienen que llegar dosis y Revilla cree que «Europa no está a la altura de otros países que están vacunando casi masivamente».