El asesinato de Stephanie Isaacson, de 14 años, a finales de los años ochenta no se resolvió. Ahora, los avances tecnológicos han ayudado a encontrar al culpable de que esta chica nunca llegará a la escuela donde estudiaba.
El crimen de Stephanie Isaacson se quedó sin resolver por falta de medios
El cuerpo de Stephanie Isaacson hace más de tres décadas que apareció cerca de la ruta que habitualmente recorría para ir a la escuela en Las Vegas, Nevada. Durante la investigación se demostró que la chica había sido agredida y estrangulada. No obstante, nada se pudo hacer por dar con su asesino.
A pesar de que había restos de ADN del agresor de esta adolescente en su camisa, el crimen quedó sin resolver. Ahora, 32 años después la tecnología ha permitido identificar al asesino.
Alrededor de 15 células humanas han bastado para que se haya encontrado al culpable de la muerte de Isaacson.
La policía comunicaba esta semana que, gracias al uso de la secuenciación del genoma y datos genealógicos públicos, se había dado con el asesino de la joven.
Una donación ha sido clave para resolver el caso de Isaacson
Hace tan solo unos meses, una empresa de secuenciación del genoma, con sede en Texas, se acercó al Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas (LVMPD) con una suculenta oferta. Othram había recibido entonces una donación anónima que se usaría para financiar la investigación de un caso que no estuviera resuelto. No importaba de cuál se tratara siempre y cuando procediera del LVMPD.
“El caso de Stephanie fue elegido específicamente debido a la mínima cantidad de evidencia de ADN disponible”, señaló en una rueda de prensa el teniente de LVMPD Ray Spencer.
“Como resultado, hemos identificado a Darren Roy Marchand, quien ha sido identificado positivamente como la persona que agredió sexualmente y asesinó a Stephanie en 1989”, añadió.
Un crimen resuelto gracias a los avances tecnológicos
Durante siete meses, Othram construyó un perfil genético a partir de los restos de la evidencia de ADN, que comparó con bases de datos de ascendencia. Gracias a ello, pudieron hacer coincidir el ADN con el primo del verdadero asesino de Isaacson.
A partir de ahí, identificaron al culpable, que ya había sido acusado en 1986 por la muerte de una joven de 24 años, Nanette Vanderburg. La chica apareció muerta en su casa y el caso fue archivado por falta de pruebas. No obstante, el ADN del asesino quedó registrado en la base de datos desde entonces, lo que ha permitido dar con su nombre y apellidos más de tres décadas después.
A pesar de todo el esfuerzo, la policía no ha podido detener al asesino de Stephanie Isaacson. Aunque las pruebas eran más que evidentes, el hombre se suicidó con 29 años en 1995.
El jefe de policía de Las Vegas, Ray Spencer, ha explicado que el crimen "parece un ataque aleatorio mientras iba hacia la escuela". Y es que la víctima y el verdugo no tenían ningún tipo de vínculo en común.
Acceder a una cantidad tan pequeña de ADN en este caso ha sido crucial, según el director ejecutivo de Othram, David Mittelman. "Realmente se abre la oportunidad a tantos otros casos que históricamente se han considerado sin resolver", ha subrayado.
Tras darse a conocer los resultados, la madre de la joven de Las Vegas emitió un comunicado para agradecer todo el trabajo a los investigadores.
“Me alegra que hayan descubierto quién asesinó a mi hija. Nunca creí que el caso se resolvería”, señaló en la misiva.
Tres décadas después, esta mujer había perdido toda la esperanza de hallar al culpable de la muerte de su joven hija.