Llega la "nueva normalidad" y con ella vuelve la Letizia más estricta en cuanto a sus horarios y obligaciones se refiere.
Muy preocupados por los efectos sanitarios y colaterales de la pandemia los monarcas han trabajado sin descanso. Incluso han estado atareados los fines de semana. Pero todo tiene un límite.
Después de la tormenta llega la calma
La reina debe considerar que ya está bien de tanto trabajar y que se merece un buen descanso.
Desde que Madrid entró en la fase 1 de la desescalada doña Letizia ha recuperado esa libertad que siempre ha exigido.
Sus apariciones públicas se han reducido y ya ha vuelto a reservarse los fines de semana para ella. Este lunes tampoco estuvo en ninguna reunión telemática.
Esas exigencias de Letizia tan criticadas por muchos son no tener actos oficiales por la tarde o por la noche a no ser que sean absolutamente imprescindibles.
También disfrutar del viernes o lunes como día libre además de sábados y domingos para tener puente todas las semanas, o no tener que viajar fuera de Madrid los viernes a no ser que no haya otro remedio.
Lo cierto es que por ahora los actos institucionales están muy limitados y no existe una agenda marcada como tal.
Un verano Real muy raro
Este año la Copa del Rey de vela en la que suele participar Felipe VI se ha suspendido y no sabemos dónde pasará la familia Real sus vacaciones. La tradicional estancia en la Isla de Palma de Mallorca podría no producirse.
Hasta el mes de julio no estará permitido viajar entre provincias. Desde ese momento don Felipe y doña Letizia ya tendrían la posibilidad de viajar a su segunda residencia en el Palacio de Marivent.
La actual situación de completa provisionalidad lo complica todo un poco más.
¿Cambiarán de destino este año y elegirán otro lugar de España para disfrutar de unas semanas de asueto y relax? Muy pronto sabremos la respuesta.