Putin tiene marcado en el calendario el día que finalizará la guerra. Hace algo más de un mes comenzaba la invasión de Rusia a Ucrania. En este tiempo, los bombardeos por parte de los rusos no han cesado, mientras las fuerzas rivales trataban de ralentizar la toma de la nación.
El pasado sábado cinco personas resultaron heridas tras el ataque a Leópolis, una ciudad próxima a Polonia. A esto se le añadieron tres nuevas explosiones durante las siguientes horas. La situación tampoco es mucho mejor en Mariúpol.
Se trata de uno de los territorios más castigados por la guerra. Putin puso el foco sobre él desde el primer momento por su carácter estratégico. Desde Ucrania denunciaban la deportación masiva de médicos y pacientes que se refugiaban en el sótano de un hospital.
En Chernígov, al norte del país, su alcalde lamentaba el fallecimiento de al menos 200 civiles desde el inicio del conflicto. El municipio "ha quedado completamente destruido", lamentaba.
En Moscú han comprobado como en las últimas semanas sus tropas sufrían una ralentización en sus avances por tierra. Sobre todo en el entorno de Kiev. Ante eso, decidieron realizar un cambio en su estrategia.
Optaron por centrar sus operaciones ofensivas en el este de Ucrania. El presidente del país, por su parte, aprovechaba para cargar contra la Unión Europea. Echaba en cara que su aportación "llegaba tarde".
En los últimos días se han ido conociendo más detalles sobre las secuelas que está dejando la guerra en este territorio. La Fiscalía denunció la muerte de al menos 136 niños y más de 200 heridos en ataques perpetrados por Rusia desde el inicio del conflicto.
Por su parte, la ONU contabiliza 2788 víctimas civiles en el país desde el pasado 24 de febrero. Entre ellos hay 1081 fallecidos, de los cuales 93 serían menores. En cualquier caso, sostienen que el dato real será "considerablemente superior".
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Para algunos, el fin de la guerra sigue siendo una incógnita. Principalmente porque no hay grandes avances en las negociaciones que han mantenido los dos países. Pero Putin podría tener fijada una fecha clave para dar por concluida la invasión a Ucrania.
Se trataría del 9 de mayo. Ese día se conmemora la rendición de la Alemania nazi y el final de la Segunda Guerra Mundial, en donde Rusia tuvo un papel relevante. El presidente del país tiene previsto llevar a cabo esa jornada un espectacular desfile.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania desveló en una publicación en Facebook los planes de sus contrincantes. "Según la información disponible, constantemente se lleva a cabo un trabajo de propaganda. En ella se impone la idea de que la guerra debe completarse antes del 9 de mayo", señala.
Putin no quiere que nada empañe el gran día
Putin sigue muy pendiente del avance de sus tropas en suelo de Ucrania. Sin embargo, también tiene un ojo puesto en la celebración del Día de la Victoria, que se trata de un festivo nacional.
En esa fecha, la mayoría de negocios, centros educativos y oficinas públicas deciden cerrar sus puertas. Es uno de los eventos más multitudinarios que se celebran en Rusia. Incluso territorios prorrusos retransmiten el discurso del presidente ruso ese día.
Tienen claro que llevar a cabo dicha celebración con miles de soldados invadiendo Ucrania sería un tanto contraproducente. O al menos no tendría demasiado sentido.
De esta manera, Putin le pone fecha al final del conflicto. De cumplirse estos pronósticos, habría que aguardar más de un mes para que finalizara la invasión de Rusia al país vecino.