Iván y Jorge se conocían, habían mantenido una relación sentimental con la misma chica y aquel día estaban en el mismo bar. Los acontecimientos sucedieron muy rápido. Iván tumbó a Jorge de un puñetazo y este se dio con la cabeza en el suelo perdiendo la vida.
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Jorge Villamil murió con 19 años en una pelea a las puertas de un bar de la calle Eduardo Dato, en Zaragoza, el pasado 23 de mayo. El acusado, Iván, tiene 24 años y ha estado en prisión provisional desde entonces. Ahora ha salido en libertad provisional tras pagar una fianza de 6.000 euros.
Cómo fueron los hechos
Los testigos aportados hasta ahora confirman que el agresor y la víctima coincidieron en el mismo bar, con la chica con la que habían mantenido una relación. Los tres estaban en mesas separadas, con distintos grupos de amigos. En un momento dado, Jorge se acercó al lugar donde estaba ella con la intención de charlar.
La chica no le hizo mucho caso, así que más tarde, al verla salir, volvió a dirigirse a ella. Fue entonces cuando Iván lo vio, se levantó de su mesa y salió del bar hacia donde estaban ellos. Iván discutió con Jorge y le pidió que dejara en paz a su exnovia.
Un solo puñetazo
Según los testigos, tras una breve discusión con Jorge, Iván le soltó un puñetazo en la cara y le hizo caer de espaldas al asfalto. Aunque inicialmente se habló de una paliza, todos los testigos coinciden en que fue un solo golpe, suficiente como para que la víctima perdiera el equilibrio. A raíz de eso sufrió un traumatismo craneoencefálico grave.
Jorge fue trasladado con vida al hospital, pero entró en coma y falleció poco después. La jueza ha autorizado la salida en libertad bajo fianza del investigado después de tomar declaración a todos los testigos. La defensa argumentó que la causa de la muerte fue un solo golpe, en el fragor de una discusión.
La autopsia será clave
Los resultados preliminares de la autopsia revelan que murió debido a varias lesiones, pero que la causa del fallecimiento fue un golpe en la cabeza. La jueza está ahora a la espera del informe definitivo, cuyas conclusiones serán clave para determinar si fue un homicidio doloso o imprudente.
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De momento, el sospechoso de la muerte del joven ya está en libertad provisional a la espera de que se celebre el juicio. La jueza le ha exigido entregar su pasaporte y pagar una fianza de 6.000 euros. La investigación sigue en marcha para esclarecer definitivamente qué pasó aquella noche del 23 de mayo.
El sueño que ya no podrá cumplir
Jorge Villamil tenía 19 años y era natural de Grañén, en la provincia de Huesca. Allí vivió junto con su familia, de origen colombiano, desde que nació hasta los 11 años. “Para nosotros es nuestro pueblo, el lugar donde crecimos, ahí está nuestra infancia”, decía su hermana Luisa.
En Grañén conservan un buen puñado de amigos que se volcaron con la familia tras la muerte de Jorge. Sus vecinos le recuerdan como un joven vital, alegre, educado, alguien que “siempre alcanzaba con esfuerzo todo aquello que se proponía”. Su sueño era abrir un estudio de tatuajes en Zaragoza, y poder ayudar a sus padres.
Una familia muy integrada
Jorge mantuvo su relación con el lugar de su infancia y jugó como portero en uno de los equipos del pueblo. Su padre trabajó como camionero en diferentes empresas, y su madre en una residencia de mayores. La familia estaba muy integrada en el municipio, y les describen como “gente encantadora, generosa y trabajadora”.
Las muestras de dolor se mezclaron con la rabia y la indignación por la prematura pérdida de alguien tan joven. Familiares, amigos y vecinos piden justicia por lo sucedido, y que el autor de los hechos pague. De momento, el presunto agresor, también de origen colombiano, está en la calle en libertad provisional.
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