Sí, «por las víctimas». A pesar del endurecimiento del discurso del PP ayer en sede parlamentaria que rompió con el tono de conciliación de los últimos días e hizo temer por momentos la aprobación de la prórroga del estado de alarma, finalmente el líder de la oposición, Pablo Casado, ha decidido apoyar los planes del Gobierno por responsabilidad.
Ante el paulatino pero firme alejamiento de sus socios de legislatura, los nacionalistas y los independentistas, hasta ahora Pedro Sánchez ha tenido que confiar en los votos del centro-derecha para ir aprobando las prórrogas del estado de alarma, algo que puede seguir sucediendo si este se alarga hasta finales de junio como anunció él mismo esta semana.
Y aunque el Gobierno presenta el plan de desescalada como un éxito de su estrategia en la lucha contra el Coronavirus, en el juego parlamentario el ejecutivo constató ayer su soledad ante las críticas de sus socios, que le exigen poner coto al estado de alarma, y del principal partido de la oposición, el PP, que volvió a marcar un tono duro contra el ejecutivo.
La semana pasada, el Gobierno pudo tirar adelante la prórroga del estado de alarma hasta el 10 de mayo gracias al apoyo a regañadientes de los populares, pero ayer el líder de la oposición, Pablo Casado, volvió a recrudecer su discurso acusando al presidente de mentir y amenazando con la abstención en la siguiente votación.
Una abstención que podría ser clave si el Gobierno pierde también los apoyos de Ciudadanos, que a través de su portavoz, Edmundo Bal, también amenazó con la abstención, y de sus propios socios de legislatura, ya que ERC aseguró que cada vez está más cerca del «no» y el PNV también medita su decisión al criticar la unilateralidad del ejecutivo.
Con esta situación, y con el naufragio del proyecto de gran coalición diluido en una comisión parlamentaria, la pelota queda de nuevo votando en el tejado del principal partido de la oposición, que una vez más queda entre la espada y la pared: la espada de su posición institucional y la pared de liderar el discurso contra la gestión del Gobierno.
Pablo Casado ha optado una vez más por mantener la lealtad del principal partido de la oposición a los planes del Gobierno en plena crisis del Coronavirus y reforzar su imagen de responsabilidad de cara a la opinión pública. Por eso el PP votará «sí» a la siguiente prórroga del estado de alarma que permitirá a Sánchez seguir desplegando su plan de desescalada.
Finalmente el plan de Sánchez podrá seguir adelante al menos dos semanas más, aunque en una posición aún más débil ya que a la falta de apoyos parlamentarios se suma la rebelión de las comunidades autónomas por la falta de diálogo. Esto obliga al Gobierno a fiarlo todo a la tesis de que el PP nunca se saldrá del «no», algo que se acaba de confirmar por ahora con el «sí» de Pablo Casado. Pero la cuestión es, ¿hasta cuándo?