Escenas de mucho dolor y la misma estupefacción que sigue invadiendo a la familia Ochoa estos días.
Esto es lo que se vivió ayer en la iglesia de la Mare de Déu de les Neus en Calpe (Alicante). Enterraban a Pedro José y Juan Sebastián, dos primos de 19 y 24 años muertos de manera trágica.
Pedro y Sebastián, primos hermanos y amigos inseparables, murieron ahogados el pasado domingo en el Penyal d’Ifac. Sus familiares y amigos se concentraron ayer para darles el último adiós entre lágrimas y mucho dolor. Especialmente afectados estaban sus padres, que aún no asimilan lo ocurrido.
“Inseparables”, así es como definían ayer a estos dos primos fallecidos en el trágico suceso. Además de sus lazos de sangre les unía una gran amistad y la afición al skate, y allí donde iban les acompañaba siempre el monopatín. “Siempre sonreían, en eso también se parecían mucho”, dice su entorno.
La tragedia de Pedro y Sebastián
El pasado domingo, a las cuatro de la tarde, Pedro, el más joven de los dos, se lanzó al mar desde la Roca Plana. Se trata de un trampolín natural de dos metros, a los pies del Peñón de Ifach, muy frecuentado por los turistas. A pesar de que no había mala mar, el joven pronto se vio en problemas.
La fuerte corriente le impidió volver a la orilla y fue literalmente tragado por el mar. Dos de sus primos que se encontraban allí en aquel momento no dudaron en lanzarse al agua a por él. No pudieron hacer por él, pero uno de ellos también fue arrastrado por la corriente mientras que el otro pudo salir con dificultades.
Los servicios de emergencia acudieron inmediatamente al lugar y pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda para encontrar a Pedro y Sebastián. Voluntarios de la Cruz Roja y un equipo de psicólogos atendieron a los familiares en el lugar. La agónica búsqueda se extendió durante horas, con un trágico desenlace.
El hallazgo de los cuerpos
Durante la noche rescataron el cuerpo sin vida de Pedro, a apenas 50 metros de donde había saltado horas antes. Las tareas de rescate se suspendieron hasta el día siguiente por la falta de visibilidad. Por la mañana apareció el cadáver de Sebastián, en la misma zona que el de su primo hermano.
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Según relatan los familiares, “Sebastián se tiró para intentar salvar a Pedro, y cuando se dio cuenta que no podía hacer por él se quedó sin fuerzas y se ahogó”. Las otras dos personas que se lanzaron al mar están destrozados, “porque se culpan de lo que pasó. No pueden dormir, y se pasan el día llorando”.
Fuentes del entorno aseguran que los jóvenes están “rotos de dolor” y que necesitarán ayuda para poder superarlo. Es la misma sensación que invade el entorno familiar de las víctimas, que aún no han podido asimilar el trauma. Ayer destacaron y agradecieron la entrega de los equipos de salvamento.
Primos de origen colombiano
Pedro José Ochoa y Juan Sebastián Ochoa nacieron en Colombia. Pedro, el más pequeño, llegó hace apenas unos meses a Calp donde ya vivían sus padres. En cambio, Sebastián llevaba en el pueblo desde niño y era muy conocido por haber trabajado de camarero en hoteles del litoral.
Pedro se había adaptado muy bien y era voluntario de la Cruz Roja, una entidad donde podía dar salida a su espíritu solidario y volcado en los demás. La localidad se ha volcado con la familia tras la tragedia. Sin ir más lejos, el consistorio declaró tres días de luto y se ha hecho cargo de los trámites del funeral.
La alcaldesa, Ana Sala, y el edil Domingo Sánchez, les acompañaron durante las agónicas horas de búsqueda. También acudieron ayer al funeral, donde se vivieron escenas de mucho dolor. La familia ha contado además con el calor de la comunidad colombiana y los vecinos de Calp en estas horas amargas.
La familia Ochoa ha agradecido públicamente a la Guardia Civil, la Policía Local y la Cruz Roja de Calp y de Altea. También a Protección Civil, a Salvamento Marítimo y a los GEAS de la Cruz Roja. Todos ellos participaron en un intenso dispositivo para encontrar a los chicos cuanto antes.