Es una de la noticias más comentadas de los últimos días en la prensa italiana y de medio mundo. Y es que algo que a priori es un hecho corriente, como es el nacimiento de un niño, se ha convertido en algo excepcional al conocerse la edad de su padre, un anciano de 93 años.
La sorpresa fue mayúscula entre el personal del hospital Tatarella de Cerignola, en la provincia italiana de Foggia. Una vez se produjo el parto, el pasado 13 de febrero, descubrieron que el nonagenario que acompañaba a una recién parturienta de 42 años era en realidad el progenitor de la criatura.
Casados hace cuatro años en Marruecos
Los médicos y enfermeras de este centro hospitalario se quedaron a cuadros cuando vieron que el matrimonio procedía a gestionar los documentos de filiación, y que en ellos constaría como padre el anciano de 93 años.
Sorprendentemente, el pequeño era fruto del amor y el primogénito de este matrimonio entre un anciano italiano y su esposa marroquí. Él es un antiguo herrero que nació el año 1925 en Bari, una ciudad costera situada en el sur del litoral del mar Adriático. Ella, una mujer de origen marroquí nacida en 1977.
Pese a su diferencia de edad, decidieron unir sus destinos para siempre hace cuatro años en Marruecos y actualmente viven en la ciudad de Orta Nova, una población de unos 18.000 habitantes, también en la provincia de Foggia.
La realidad es que a pesar de lo llamativo de la edad del padre, este hecho no ha tenido ninguna consecuencia en la salud del niño. El hospital confirmaba que el parto se produjo sin ninguna complicación y que pronto el pequeño podrá estar en casa con su padre y con su madre.
Aunque habrá quien ponga en cuestión la paternidad, hasta el momento nadie ha solicitado que se hagan unas pruebas de ADN, así que como pasará en España con el doctor Iglesias Puga, se puede hablar de un padre que debería ser más un abuelo.