Paco es un hombre español, natural de Murcia, que tiene 41 años y trabaja en un estanco. Un buen día el sueño le venció y acabó echándose una cabezadita en su puesto de trabajo, sin saber que eso acabaría convirtiéndole en noticia.
El hombre es propietario del estanco El Pañero, ubicado en La Ñora, una pedanía murciana. Sus vecinos le conocen y se asustaron cuando acudieron al estanco y él estaba dormido, aunque ellos no lo sabían. El pasado viernes, 14 de mayo, sus vecinos creyeron que estaba muerto y llamaron a los servicios de Emergencias para que acudieran al lugar.
Allí llegaron agentes de la Policía y varias dotaciones de Bomberos que acabaron echando la puerta abajo para poder entrar. Paco se había encerrado en el estanco, con la reja bajada, para echarse un rato, pero los vecinos y transeúntes lo único que veían desde fuera era un estanco cerrado y a Paco tumbado en un sofá, inmóvil.
Tal como explica el propio Paco, que no estaba muerto, a 'La Opinión de Murcia', los vecinos aseguran que le llamaron a gritos desde fuera, pero él no les escuchó y ni siquiera se inmutó, lo que propició que la gente llamase a Emergencias temiéndose lo peor. Él asegura que se quedó «clisao» y no se enteró de nada.
Cuando los Bomberos lograron tirar la puerta abajo, el ruido sí que despertó a Paco, que abrió los ojos y se encontró con una situación surrealista en su local. Resuelto el entuerto, los equipos de emergencia que se habían trasladado hasta allí llamaron a los sanitarios que estaban de camino para explicar que la situación estaba controlada y que ya no hacía falta que fueran hasta allí.
A preguntas del citado periódico, Paco explica que «puede ser» que tenga el sueño tan profundo que ni siquiera le molestasen los gritos de sus vecinos gritando y aporreando la puerta desde fuera, pero que por suerte «gracias a Dios, aquí no se ha muerto nadie». Ahora es consciente de que este episodio de su vida probablemente va a provocar que todo el mundo le conozca y que incluso bromeen y hagan mofas de la situación con él.
Paco quiso quitarle hierro al asunto del destrozo de su puerta, asegurando que «tampoco han hecho un gran destrozo», e incluso les ha agradecido su labor y la rapidez con la que llegaron al estanco, porque, si de verdad su vida hubiera estado en peligro, seguramente habrían podido salvarle la vida.
Las redes sociales arden de envidia con Paco
Como suele ser habitual con este tipo de historias, las redes sociales rápidamente se hicieron eco de la historia y la convirtieron en un fenómeno viral, dando rienda suelta a la imaginación y el humor de los usuarios.
Algunos incluso se mostraron con cierta envidia de Paco, deseando tener esa capacidad de dormir «aunque te pase el tren por al lado». «No todos los héroes llevan capa», argumentaba otro tuitero en un tono irónico.
Lo que está claro es que su siesta se acabó convirtiendo en la comidilla del día de Murcia y también de las redes sociales, ya que incluso hoy en día, una semana después de los hechos, se pueden encontrar mensajes hablando del tema en las redes sociales.
Probablemente, Paco se lo pensará un par de veces antes de volverse a echar la siesta en su estanco, y si lo hace, quizás sería recomendable poner un cartel para que los vecinos no se preocupen si le ven inmóvil y no responde a sus llamadas. Así se ahorrará tener que pagarse otra puerta y que la ciudad siga recordándole por esto.