El Gobierno de Pedro Sánchez se encuentra ante el momento decisivo de la pandemia, y el nerviosismo crece por momentos. La estrategia de salir del estado de alarma sin un plan alternativo se está viendo en entredicho por el caos jurídico y social de las últimas horas. En Moncloa tienen claro que los tres meses que vienen serán clave para el futuro de España.
En un escenario ideal, el rápido avance de la vacunación y la llegada del calor impedirán un aumento significativo de los contagios. Esto aseguraría un verano tranquilo, la vuelta de la normalidad, y la reactivación de la economía. En el horizonte está la inmunidad de grupo, que ayer anunció Perdro Sánchez en un alarde de optimismo para dentro de 100 días.
Pero hay otro escenario posible que hace temblar al Gobierno. La euforia desatada tras el decaimiento del estado de alarma hacen prever una relajación de las medidas sanitarias básicas, a lo que hay que añadir el caos jurídico de dejar las restricciones en manos de los tribunales de cada territorio. Un cóctel explosivo que puede desencadenar nuevos repuntes.
En las últimas horas, el temor a que el peor escenario se convierta en realidad ha llevado al Gobierno a plantearse, por primera vez, modificar la legislación sanitaria. Esto es lo que le vienen pidiendo tanto el principal partido de la oposición como los partidos afines al Gobierno, ya que la legislación actual no ampara la limitación de derechos fundamentales y deja a las comunidades desarmadas ante la pandemia.
El PP de Pablo Casado volvió a ofrecer ayer a Pedro Sánchez la reforma de la legislación que tiene preparada desde hace un año. «No tiene ni que hacer el trabajo, ya está hecha, en 15 días se acabaría el caos», dijo ayer el secretario de organización, Teodoro García Egea. Pero tras una primera intención de avanzar hacia la reforma de la ley, el Gobierno rectificó y mantuvo su firmeza en el plan actual.
El plan B que propone el Gobierno
Ante la proximidad del fin del estado de alarma, el PP volvió a registrar el pasado mes de abril su plan alternativo. Consiste en la modificación del artículo 3 de la ley de medidas especiales en materia de salud pública, y permite a las autoridades sanitarias la restricción de movimientos de los ciudadanos y el confinamiento: «Controlar o limitar las entradas y salidas de la zona afectada o amenazada y controlar o limitar el movimiento dentro de dicha zona, lo cual podrá afectar al derecho a la libre circulación y deambulación por vías públicas, así como al derecho de reunión que podrá estar condicionado en su ejercicio tanto en lugares determinados, como en el número de personas».
La propuesta del PP cuenta con apoyos de otras formaciones políticas, pero también de la comunidad médica. La Sociedad Española de Salud Pública considera urgente que los partidos se pongan de acuerdo para reformar la ley y dotar de más instrumentos a las comunidades. La Organización Médica Colegial lamenta la falta de liderazgo y critica los bandazos del Gobierno en las últimas horas.
Pablo Casado estalla contra Sánchez
El enésimo rechazo del Gobierno al plan B del PP ha hecho estallar al líder de la oposición, Pablo Casado, que ha advertido de las consecuencias que esto tendrá. «Si hay una cuarta o quinta ola, la responsabilidad será de Pedro Sánchez», ha afirmado el líder del PP. Más presión para Sánchez, que teme que una nueva oleada de contagios en plena vacunación pueda relacionarse con las imágenes de jóvenes celebrando el fin del estado de alarma.
De hecho, Pablo Casado ha amenazado incluso con pedir responsabilidades penales si hay una nueva oleada. Desde el año pasado ha habido ya varias demandas de sanitarios por la gestión de la pandemia por parte del Gobierno. Unas demandas que han sido paralizadas por la Fiscalía General del Estado, y que Casado atribuye a maniobras del propio Gobierno.
La estrategia del PP está clara: volver a señalar al Gobierno por la gestión de la pandemia. «Sánchez se equivocó en junio diciendo que el virus estaba derrotado», ha afirmado en las últimas horas el líder de los populares, «y desde entonces está eludiendo sus responsabilidades».
En una entrevista en Telecinco, Casado ha vuelto a ofrecer a Pedro Sánchez la reforma exprés de la ley sanitaria para acabar con el problema «en quince días». Dice que «si no lo hace, es por arrogancia», y le advierte de las consecuencias que pueda tener si los contagios vuelven a dispararse y se arruina otro verano en España.